Comienza la caída de Sansón

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Jueces 16 1-3 (DHH)Sansón en Gaza

16 Un día Sansón fue a la ciudad de Gaza. Allí vio a una prostituta, y entró en su casa para pasar la noche con ella. 2 Cuando los de Gaza supieron que Sansón estaba en la ciudad, la rodearon; y se quedaron vigilando las puertas de la ciudad todo aquel día. Por la noche se fueron a descansar, pensando que lo matarían cuando amaneciera. 3 Pero Sansón estuvo acostado sólo hasta la medianoche. A esa hora se levantó y arrancó las puertas de la ciudad junto con sus pilares y su tranca, y echándose todo ello al hombro se lo llevó a lo alto del monte que está frente a Hebrón.

Aquí Sansón va a la ciudad de Gaza, toma una prostituta, al ellos escuchar de esto, van y lo buscan... y este se lleva las puertas de la ciudad, haciendo un acto de provocación...

La pregunta es denuevo ¿Era esto necesario? acostarse con una prostituta y llamar la atención de los enemigos del pueblo, sin contar con el pecado y la violación a la ley y a la consagración que este se supone que tuviera.

La pregunta es denuevo ¿Era esto necesario? acostarse con una prostituta y llamar la atención de los enemigos del pueblo, sin contar con el pecado y la violación a la ley y a la consagración que este se supone que tuviera

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Siguen las matanzas, los desenfrenos y todas las cosas que al final del día terminaron alejando a Sansón más de Dios... y quitando así poco a poco su posición delante de Dios.

Luego comienza una de las caídas más horribles que pudo tener una persona mencionada en la Biblia.
Es hasta cierto punto un capítulo muy triste, pues ya uno sabe la historia y sabe como esta persona no cayó de la noche a la mañana, sino cada día esta iba aumentando su pecado y desobediencia hasta que llegara al punto de ya no sentir más a Dios.

Y esta es la verdadera enseñanza, o por lo menos la historia entre lineas que este personaje nos presenta, las caídas son lentas por eso es que nosotros debemos estar muy conscientes de las cosas que hacemos, y es muy importante saber cuando el Espíritu de Dios nos llama la atención sobre ciertos temas.

Nosotros no debemos cerrar los oídos una y otra vez, esto nos llevará a luego volvernos sordos al consejo de Dios.

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