Capítulo 5

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Presente

Llevo días en La Madriguera y no me acostumbro. La señora Weasley no se fía de mí, Fred no ha vuelto por La Madriguera y a penas hablo con George ya que solo viene para convencer a su madre de que no me eche de aquí. Sé que no me quiere aquí, al igual que yo no quiero estar aquí y si estoy es porque Ginny insiste en que me quede. April sabe que estoy aquí y en cualquier momento vendrá a por mí, solo les pongo en peligro porque es una de ellos.

—¿Puedo ayudar en algo, señora Weasley? —digo, entrando en la cocina donde se está haciendo la comida. Todos los días lo intento, sin resultado alguno. A veces tengo contestación, otros días ni siquiera eso. Como hoy—. Está bien, iré con Fleur, quizá necesita ayuda con algo.

—Necesito que cortes las patatas —dice, y me sorprendo.

—Por supuesto, señora Weasley.

Sé dónde está cada cosa de la cocina, llevo bajando a escondidas desde que llegué. Quería ser útil, necesitaba ser útil. April no hubiera dudado en dejar de intentarlo en la primera negativa y se hubiera ido directa con Fleur. Pero yo no.
El silencio llena la cocina, pero no me resulta incómodo, no tengo ningún problema en hacer este tipo de cosas. Mamá siempre habla de la importancia de saber cocinar sin magia y a mí no me importa hacerlo así.

—¿No usas la magia? —la señora Weasley me observa pelar las patatas con el cuchillo y yo niego.

—Madre siempre insiste en la importancia de saber cocinar, April siempre se queja y no le gusta hacerlo por lo que no duda en usar la varita. Esto le aburre, pero a mí me relaja —hablo sin pensar, pero noto el escalofrío que le entra a la señora Weasley cuando menciono a mi hermana. Y decido seguir hablando de nosotras—. Somos bastante diferentes en algunas cosas, nunca han tenido problemas en diferenciarnos a pesar de que nos vestíamos igual. April es más arisca que yo, no le gusta nada que la vean débil y la primera noche que pasamos en Hogwarts dormimos en la ventana escuchando el agua del lago negro porque el Sombrero Seleccionador le había dicho que podría estar en Gryffindor.

—Pero eligió Slytherin —me interrumpe la señora Weasley y yo vuelvo a asentir.

—No quería decepcionar a padre, para ella ser la primogénita ha sido muy duro. Padre quería un hijo y llegaron gemelas, no le gustó nada, y mucho menos cuando vio que April no era fácil de moldear al gusto de madre. Pelearon muchísimo por el tema del matrimonio, April se negaba a casarse con alguien que eligiera padre en función de su dinero o condición social, no dejaba de insistir en que ella era la primogénita y que tenía que cumplir con su deber como tal.

—¿Y eso era unirse a los mortifagos? —dice la señora Weasley, y noto la frialdad en su voz. Por mucho que estemos hablando ahora no va a cambiar nada de lo que piensa de mi o de April.

—Supongo que pensaba que era lo que tenía que hacer. Ella... Iba a huir conmigo, no entiendo que ha pasado. Ginny nos hizo cambiar a las dos y luego, estar con George me terminó de abrir los ojos. Me hizo darme cuenta de que lo que mis padres querían para nosotras no era algo bueno, yo... bueno, estaba prometida con el chico que padre había elegido para mi, ya le vio en la estación el año pasado. Montó un escándalo terrible, ¡incluso pensó que April le defendía!

No puedo evitar reír ante el recuerdo de Orion llamando a mi hermana cuñada, lo que hace que la señora Weasley me more raro.

—April defendía a George, lo supe por cómo se puso. Le dio la espalda a George y se encaró a Orion a pesar de que es tres cabezas más grande que ella, a ella el tamaño nunca le ha intimidado. Prefería defender a su hijo que ayudar a ese inútil, y lo hizo incluso delante de madre, arriesgándose. Creo que también lo hizo por Fred, pero nunca he tenido claro que siente por él, siempre lo ha ocultado. Ella es la valiente de las dos, quien corría riesgos y me protegía. Hasta ahora, que persigue unos ideales que creía que ya había olvidado.

Vuelvo a pelar la patata, tratando de contener las lágrimas. Puedo ver las cicatrices de mis dedos, las que me había causado con la despartición. Hasta que se me empañan demasiado los ojos y me corto.

—¡Joder! —chillo, soltando rápidamente la patata y el cuchillo en la encimera. Es un corte profundo y sangra bastante, si April viera esto ya se hubiera desmayado.

Voy directamente al grifo y abro el agua fría para que me caiga en la herida. Al principio escuece y me muerdo el labio fuerte. Hasta que deja de doler. Miro de nuevo la herida y veo que está cerrada y la señora Weasley tiene la varita en la mano. La mueve rápidamente y el cuchillo empieza a moverse solo para seguir peleando la patata que he dejado a medias.

—No es un secreto que no me caes bien —empieza a decir, y cuando voy decir algo me calla con una mirada—, pero George te adora y será por algo. Quedó destrozado cuando le dejaste, yo ni si quiera estaba a favor de vuestra relación y tengo que reconocer que me alegré un poco que te hubieras alejado de él, no dejas de ser hija y hermana de un mortifagos. Ginny me ha insistido en que eres buena persona, pero sigo sin confiar en ti.

Asiento porque sé que no hay nada más que tenga que decir. No puedo decir más. La señora Weasley sale de la cocina y yo me quedo allí quieta, mirando a la puerta. Creo que es un avance, pero nunca podré saberlo con seguridad. 

Primavera [Fred & George Weasley] [EN PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora