Capítulo 17

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Presente  

La única noticia que he tenido durante los últimos tres días es que están bien, pero vigilados. Sé que han venido a la tienda, he oído el ruido de la gente entrando y saliendo de allí. El mundo mágico tiene esperanza mientras que es de día, y por eso vienen a la tienda de los gemelos. Cuando cae la noche, a media tarde, las calles del callejón Diagon se vacían y solo quedan algunos mortifagos haciendo rondas. Alguna vez me ha parecido ver a April desde la ventana. Pero sé que es imposible que la hubieran destinado aquí, tan cerca de ellos, la familia que nos hizo cambiar. Tan cerca de la posibilidad de que Ginny aparezca por la tienda y haga que mi hermana entre en razón. 

Para mi buena suerte y la mala de los gemelos, no salgo de su pequeño laboratorio en una de las habitaciones del apartamento. He hechizado la habitación para que no salga nada de luz hacia el exterior y hago pociones durante la noche y duermo durante el día, cuando es más seguro. Porque los mortifagos todavía no atacan de día, no con tanta gente en las calles y con el golpe al Ministerio que hicieron, uno silencioso. El Profeta anunció al día siguiente del ataque a la boda que el ministro había dimitido y ahora estaba en el cargo  Pius Thicknesse. Junto con un puñado de mortifagos que habían tomado cargos bastante importantes. Para los demás quizá no era tan obvio, pero para mí sí. El señor tenebroso estaba detrás de esa dimisión y eso me causaba bastante ansiedad. April seguía con ellos y yo estaba encerrada. 

Vuelvo a girar la poción herbovitalizante en el sentido de las agujas del reloj, tal y como recuerdo que había que hacer y espero la media hora que falta para que termine de cocerse a fuego lento. El color turquesa que tiene ahora mismo me hace pensar que sabe a fresa y casi me dan ganas de probarla en cuanto esté terminada. Pero no puedo hacerlo si quiero que el filtro de muertos en vida funcione. Voy preparando la nota, en la que les digo que me den la poción cuando vuelvan al apartamento, sin endulzar mucho la nota. No voy a tomar una gran cantidad de filtro de muertos en vida, pero si lo suficiente como para no tener que seguir soportando la ansiedad. 

Retiro el caldero del fuego una vez pasada la media hora para dejar que enfríe y cojo la pequeña botella del filtro para luego irme al sofá del salón, donde planeo dormir hasta que lleguen y me despierten. Me tumbo y dejo la nota sobre mi pecho, donde se pueda ver claramente y acerco la botella a mi boca. Es totalmente transparente, como el agua y por eso sé que va a funcionar bastante bien. Con solo una gota bastará. 

***

  Doy una bocanada de aire cuando me despierto, totalmente asustada. Recuerdo haber tomado el filtro y luego una sensación de vacío completo. Hasta ahora. Con los gemelos mirándome de mal humor. 

  — ¿Por qué? — dice George sin relajar ni un momento su expresión de enfado.

— Tenía ansiedad y creo que estaba empezando a tener claustrofobia  —confieso mirando al suelo y encontrando el frasco vacío de filtro de muertos en vida. Seguro que se cayó al suelo una vez me lo tomé. 

  — ¿Y no podías probar con una poción calmante? —insiste mi novio y yo niego. 

— Era lo último que podía probar, siento haber estado en vuestro laboratorio si es lo que te preocupa.

— Os dejo solos — murmura Fred y con unos pasos largos desaparece en la habitación con la colcha naranja. Estaba segura de que esa era su habitación.

— Lo siento, ¿vale? No se me ocurría otra cosa, estaba empezando a ver a April dando vueltas por el callejón, me estaba volviendo loca — le digo y cuando se queda pálido entiendo que no me la he estado imaginando. 

Primavera [Fred & George Weasley] [EN PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora