Capítulo 33

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Presente

Me duele la cabeza. Me duele muchísimo la cabeza. Siento como si los sangre sucia que estaban esperando a juicio me hubieran tirado al suelo y aplastado entre todos con ayuda de mi patronus. Nunca me había pisoteado un hipogrifo, pero seguro que este dolor estaba en un nivel similar. A Draco nunca pareció haberle dolido mucho la herida, a pesar de todo lo que se quejaba cuando estaba por los pasillos de Hogwarts, pero cuando estaba a solas con May y conmigo no parecía que le doliese nada.

—¿April? ¿Puedes oírme? —no es la voz de Umbridge y mucho menos es la voz de Yaxley. Es una voz agradable y que parece genuinamente preocupada por mi.

—Hay mucha luz —consigo decir al intentar abrir los ojos, pero el dolor de cabeza aumenta así que los cierro de nuevo. ¿Por qué me duele la cabeza?

—Prueba ahora —vuelve a decir la voz. Sé que le conozco, pero no logro saber de donde porque el dolor de cabeza me impide pensar. Me falta algo y no entiendo el qué. Parpadeo durante unos instantes y el dolor de cabeza remite un poco al ver la iluminación más pobre del lugar donde estoy metida. Esto no es el Ministerio de Magia.

—¿Dónde estoy?

—En un lugar seguro, no te preocupes, aquí no pueden encontrarte —levanto la cabeza del suelo y veo a Remus Lupin. Ex-profesor de defensa contra las artes oscuras y hombre lobo. Está sentado en una silla tranquilamente, mirandome. No estoy atada ni mucho menos, así que podría irme en cualquier momento si quisiera y por eso me levanto a pesar de que me mareo rápidamente y tengo que volver a sentarme.

No me había dado cuenta de que había alguien más con Lupin, pero la rapidez con la que se mueve hasta llegar a mi lado hace que lo note. Pelirrojo. Me saca dos cabezas. La última vez que nos vimos le torturé alegremente. Fred Weasley no está para nada contento conmigo y lo puedo notar perfectamente en su mirada. Cuando ayudaba a salvar a Potter quería que me fuera con ellos, y todavía recuerdo el roce de sus labios durante la boda.

—¿Dónde se supone que estoy? —pregunto, desvíando la mirada hacia Lupin. Si no miro a Fred quizá consiga centrarme y salir de aquí.

—A salvo, no te preocupes —dice Lupin y quiero confiar en él, pero la risa de Fred a mi lado me lo impide.

—No la mientas, estamos siendo perseguidos por sus amiguitos después de que mataran a May —dice Fred y no puedo evitar mirarle. Está totalmente enfadado—. ¿Qué pasa? ¿No podías haber controlado a tus nuevos amigos? ¿Dónde se supone que estabas para pararlos?

—¿De qué estás hablando? —se me acelera el corazón porque esto no puede estar pasando—. Estaba en el Ministerio, no entiendo de qué estás hablando.

—Ah, mucho mejor, participabas en la captura de Harry, ya entiendo todo —dice ahora, y parece aún más enfadado—. ¿Está tu señor satisfecho? Ya tiene la guerra ganada, ¿no?

—Fred, para —dice Lupin, pero él no le hace caso.

—Tienen a Harry, han matado a May y torturaron a Hermione hasta que la mataron —sigue Fred y no puedo mirarle. No puede ser real, no pueden haberlos cogido a ninguno de los tres, Potter y Hermione estaban huyendo antes de que perdiera el conocimiento y May se suponía que estaba a salvo con ellos. Que la estaban protegiendo—. May se enteró de que habías desaparecido y, cuando nos enteramos de que había aparecido un cuerpo de una chica con tus mismas características en el callejón Diagon no pudimos pararla.

—¿Qué? —consigo decir y levanto por fin la vista del suelo para ver a mi ex-novio totalmente furioso. Nunca le había visto así, ni siquiera cuando Bill fue atacado por Greyback y estuvo seriamente herido. Ni siquiera en la boda, cuando le torturé.

Primavera [Fred & George Weasley] [EN PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora