Capítulo 12

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Presente

Cuando me aparezco en la mansión Malfoy la cabeza me está dando vueltas y me choco con algo que no tengo muy claro que es, pero hace ruido. El suficiente como para llamar la atención y que alguien venga al recibidor.

—¿April? ¿Qué ha demonios te ha pasado? —padre no se molesta en intentar ayudarme, así que como puedo me apoyo en la pared, tirando un jarrón con flores en el proceso—. ¡Contesta!

—Fred Weasley me ha lanzado un hechizo y he chocado con una pierda —murmuro mientras que trato de centrar la vista en algo, pero todo da vueltas.

—¡Eres una inútil! —me grita él, cogiéndome por los brazos y sacudiéndome—. ¿Les has herido al menos? ¿Sacado información?

—No —le digo, con miedo de lo que pueda hacer.

Me caigo al suelo con el empujón que me da y vuelvo a golpearme la cabeza, logrando que todo de aún más vueltas y esté aún más oscuro. Solo distingo las figuras y sombras. Padre levanta su varita y sé que me está apuntando con ella cuando recibo el impacto de la maldición cruciatus. No está al nivel de las de Bellatrix, pero sigue doliendo. Cómo duelen los insultos. Débil. Inútil. 

Cómo siempre, vuelvo al pasado. Tengo once años, estoy asustada por volver a casa. Tiemblo al recordar la primera vez que sentí la maldición en mi cuerpo, el dolor. Vuelvo a tener once años, es Navidad y tengo heridas por todo el cuerpo por haber estado castigada junto a Fred Weasley.

—¿Qué se supone que estás haciendo? —la voz de Bella es como un calmante en mi cuerpo. Todo el dolor desaparece y puedo volver a enfocar de nuevo.

Mi mentora está apuntando a mi padre con la varita. Tiene la punta en el cuello, una mirada de loca y no le tiembla el pulso.

—¡Te he hecho una pregunta! —chilla ella y padre retrocede hasta chocar con la pared.

—La ha atacado un traidor a la sangre, es débil y se merece un castigo —dice padre y puedo notar un ligero temblor en su voz. Bella le asusta y eso es lo que va a poder protegerme de él.

—Si la vuelves a tocar un pelo te mataré —le amenaza, volviéndole a clavar la varita en el cuello—. ¡Vete a buscar a Narcissa, inútil!

Veo a padre asentir y Bella se aleja de él, que poco le falta para salir corriendo. Bella se acerca a mi y se arrodilla en el suelo, tocándome la cabeza. Murmura algunas cosas y sé que levanta la cabeza para mirar hacia el pasillo. Donde por fin aparece Narcissa.

—No has hecho ningún hechizo curativo, ¿verdad? —le pregunta Narcissa, arrodillándose también—. Ve a buscar a Draco, traed toallas y un cubo con agua.

Bellatrix ni siquiera responde y se va, supongo que a buscar a su sobrino, mientras Cissy me ayuda a levantarme y me sienta.

—April, tienes que hablar, no te desmayes —me ordena y pienso en algo que decir, pero solo puedo pensar en las ganas de vomitar y las vueltas que da la habitación—. Cuéntame qué ha pasado.

—Lo haré cuando la habitación deje de dar vueltas —trato de decir, aunque no estoy muy segura de haberlo conseguido—. Cissy, quiero dormir, ¿puedo?

—No, no te duermas, vamos, cuéntame algo —me dice, pero soy incapaz de hacerlo—. ¡Draco!

El grito consigue que me centre un poco más, a pesar de las vueltas que da todo y al menos las ganas de vomitar desaparecen. Hasta que veo el cubo y vuelven.

—¿Qué le ha pasado? —pregunta mi amigo, que ni siquiera se agacha.

—Puedes acercarte, solo me sangra la cabeza —le digo y él me hace caso y se pone a mi lado—. Es mejor que me acerques el cubo, creo que voy a vomitar en cualquier momento.

Primavera [Fred & George Weasley] [EN PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora