Capítulo 30

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Pasado

Weasley tira de mi por las escaleras mientras que las bajamos lo más deprisa que podemos. Supongo que May y el otro Weasley ya estarán a salvo en algún lugar del castillo, por lo que dejo de preocuparme por ella y empiezo a pensar en mi. En nosotros. Nunca pensé que podría decir nosotros y estar incluyendo a Fred Weasley en la misma frase. A un traidor a la sangre. Padre estará furioso cuando se entere de esto. Seguro que Orion no tiene problemas en contarle que May y yo hemos seguido hablando con ellos y...

—¡Frena! —el grito de Weasley hace que consiga parar a tiempo para no acabar en el hielo maldito. Aunque el tirón de brazo también ha ayudado.

—¡Ten cuidado, que casi me sacas el brazo! —le grito de vuelta, pero parece que no le importa ya que vuelve a tirar de mi, volviendo a las escaleras—. ¿Me quieres decir a donde vamos?

—Fuera del castillo.

—¿Y por qué no vamos a la planta baja directamente? —le digo, notando el tirón que me avisa que tenemos que ir por el pasillo del tercer piso—. ¡Que por aquí no se sale, cabeza de doxy!

—¿Te quieres callar, Avery? Sé perfectamente como salir del... ¡mierda! —el hielo maldito está por la mitad del pasillo, en una estatua que hay en la pared en la que no me había fijado nunca y parece que se está metiendo por ella—. Vamos, Fred, piensa, ¿dónde están el resto de los pasadizos?

—¡Vamos, Weasley, que viene! —le grito, y esta vez soy yo la que tira de él mientras que sigue murmurando cosas.

—Necesito mirar el mapa un momento —dice él, y noto como intenta frenar, pero no le dejo. Si tiene el mapa lo necesitamos, pero no podemos parar cuando el hielo está avanzando tan rápido.

Haywood se ha sacrificado por nosotros, al igual que lo han hecho Tonks y Charlie Weasley. No podemos dejar que estén congelados para nada.

—¡Tenemos que encontrar a Achternaam! —digo de golpe. Ella tiene la solución, esta con Sydne, peleando contra el hielo, ellas sabrán que hacer—. ¡Corre mientras que las buscas en el mapa!

—¡No puedo mirar el mapa y correr a la vez!

—¡Pues dame el mapa y ya la busco yo!

—¡No te voy a dar el mapa!

—¡Pues búscala!

—¡Avery, cuidado con las escaleras!

El tramo donde estamos empieza a moverse lentamente, como si le costara avanzar y se va alejando del último tramo de escaleras que nos llevará hasta la planta de abajo. O eso es lo que se piensa Weasley.

—¿Confías en mí? —le digo, girandome mientras que saco la varita y él se queda callado—. No es momento de dudar, Weasley, ¿lo haces o no?

—Sí.

Wingardium Leviosa —digo mientras le apunto.

Weasley empieza a flotar y entonces es cuando le empiezo a mover hacia el otro lado de las escaleras. Él aprovecha el momento para sacar su mapa y empieza a mirarlo rápidamente. Dejo de prestar atención a lo que está haciendo y me centro en llevarle sano y salvo hasta el último tramo de escaleras, donde le dejo de una forma un poco brusca al notar frío a mi espalda.

—¡Cuidado con el hielo, Avery, avanza un poco y haré lo mismo contigo!

—¡No hay tiempo, cogeme! —le grito mientras que empiezo a correr escaleras abajo.

Estoy un poco lejos de donde está parado Weasley, pero debería llegar. Soy cazadora, soy rápida gracias a las tontas vueltas que Flint nos hace dar en cada entrenamiento, tengo fuerza como para poder saltar cinco metros y caer bien. Weasley es golpeador, así que tiene que tener fuerza y debería ser poder de cogerme sin problemas por lo que no me lo pienso otra vez y salto hacia donde está él. Pero me quedo corta y solo consigo rozar con la punta de los pies la plataforma.

Primavera [Fred & George Weasley] [EN PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora