Capítulo 38

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Pasado

No puedo alejarme de May para dormir. En general no puedo alejarme de May porque cada vez que no la veo recuerdo el boggart, y eso que ya ha pasado más de un mes y medio desde que llenaron el Gran Comedor. Nunca me había planteado cual podría ser mi mayor miedo, pero ahora que lo había visto sabía que era algo que nunca iba a poder superar. Ella es mi media mitad, quien me completa y quien me hace levantarme todas las mañanas con una sonrisa que no siempre muestro. Sé que no la va a pasar nada, pero no soy capaz de alejarme mucho de ella.

Cuando estamos en clase prestar atención se hace bastante complicado. Las bóvedas malditas siguen en boca de todos, y más teniendo en cuenta que empieza a haber rumores de sonambulismo. May, como sabe todo sobre las bóvedas, no duda en informarme de que, si hay casos de sonambulismo, es porque la tercera bóveda se ha abierto y que pronto habrá estudiantes que se dirijan hacia el Bosque Prohibido, como ya pasó hace años. Los profesores, por mucho que lo intentan, no consiguen callar los rumores, por eso, cuando estamos en Historia de la Magia, siempre hay alguien que intenta que el profesor Bins cuente algo sobre las bóvedas, como es el caso de hoy. La convención internacional de brujos de 1289 no interesa a nadie, pero al profesor Bins no le interesan las bóvedas.

Cuando termina la clase he conseguido tomar algunos apuntes por encima que luego completaré con los de May, que como siempre, tiene la parte complementaria a la mía. Había sido un pacto silencioso que hicimos en primero porque no teníamos forma mágica de pasar esta asignatura sin morir del aburrimiento. No tenemos problema a la hora de estudiar, pero sencillamente es imposible atender a las clases del profesor Bins.

—¿Tú crees que nos va a afectar la maldición? —me pregunta May cuando salimos de clase y nos dirigimos hacia el Gran Comedor para comer.

—Ya nos hubieramos dado cuenta, el sonambulismo empezó hace unas semanas —le respondo y ella se queda callada—. ¿Qué pasa?

—¿Sabes que llevas semanas levantandote de la cama en mitad de la noche? —me dice y yo niego. No estoy afectada por la bóveda.

—Tengo mucho estrés —le digo, pero no parece convencerla, así que me paro en un rincón para decirle qué me preocupa tanto—. Cada vez que cierro los ojos te veo muerta, May, me cuesta dormir.

—¿Y por qué no has ido a que Madame Pomfrey te de algo para el sueño? —May frunce el ceño y se cruza de brazos cuando ve como niego—. Yo lo hice despúes de los boggarts y sigue dandome miedo perderte, pero al menos puedo dormir.

—¿Estás tomando pociones para dormir?

—Para dormir sin pesadillas —me aclara ella y yo asiento. No necesito eso, necesito algo que me haga quedarme en la cama tranquilamente—. ¿Quieres que vayamos después a ver a Madame Pomfrey?

—Iré yo después de la cena, no te preocupes —digo, intentando sonar segura. Llevamos sin separarnos demasiado tiempo, el miedo no va a desaparecer si sigo pegada a ella—. ¿Crees que Alexa estará contigo o volverá a estar con Adrian?

—Últimamente hablan más porque Alexa dice que no le hacemos caso —me informa May y no puedo evitar mirar a mi hermana con una ceja levantada.

—¿Cuándo te ha dicho eso? Si no nos separamos.

—Cuando estabas duchandote hace unos días —me dice May nada más entrar al Gran Comedor. Ambas vemos a Alexa ya sentada en la mesa, haciendo un gesto para que vayamos al hueco que ha conseguido en la mesa—. Lo único que no hacemos juntas es ducharnos, ¿no te has dado cuenta?

—Claro que me he dado cuenta, May —digo mientras que me siento al lado de nuestra amiga y May se sienta a su otro lado. Me gusta cuando nos entendemos sin palabras.

Primavera [Fred & George Weasley] [EN PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora