Capítulo 32

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Presente

April está en el sofá, totalmente inconsciente. Lupin y Tonks ya han llegado y también la están mirando mientras que la señora Weasley le cura la herida de la frente un poco a regañadientes. Sé que todos piensan que es un truco para que nos confiemos, que creen que viene como espía, pero sé que eso es imposible porque April nunca me traicionaría. Nos traicionaría.

—¿Dónde podemos despertarla para que no reconozca el lugar? —pregunta Lupin, levantando la varita para mover a mi hermana, que suavemente empieza a levitar sobre el sofá.

—El cobertizo de Arthur estará bien, lo tiene lleno de cosas muggles, no creo que piense que está en nuestra casa —dice la señora Weasley fríamente. Odia a mi hermana y a todo lo que representa y no puedo evitar desear que todo esto acabe ya para que la conozca de una vez. La imagen que tiene de mi hermana es la de padre, piensa que son calcos, estoy segura. Solo la ha visto en Hogwarts, cuando pensabamos que la pureza de sangre lo era todo y luego en la estación, con nuestros padres delante.

—Voy contigo, Remus —digo, empezando a seguirle, pero no puedo avanzar y cuando me giro Tonks me está agarrando la mano—. Sueltame, Tonks.

—No puedo permitirlo —me responde—. April no sabe que estás viva, no podemos dejar que lo sepa, eres una fugitiva y ella una mortifaga.

—¡Conoces a April! 

—De cuando tenía doce años, May, no sé cuanto ha cambiado —dice ella, visiblemente incómoda. Sé que recuerda las bóvedas y sé que recuerda como era April por aquel entonces. Quizá no era la más amable del mundo, pero no fue mala con ella nunca.

—Viste como estaba con los boggarts, sufriste con ella cuando acabé en uno de los cuadros —le recuerdo, y ella empieza a negar.

—April tenía doce años, May, todavía era inocente —dice y, por un momento, me creo esta imagen de una Tonks más seria. Sé que está esperando un hijo, pero no me termino de creer toda esta fase de madurez de golpe cuando, hace unos meses, vino corriendo para gritar a los cuatro vientos que Remus y ella se habían casado, dando saltos y chillidos—. Ha podido ser influenciada por los mortifagos y creer todo lo que dicen, mi tía Bellatrix puede ser muy convincente cuando se lo propone y estoy segura de que April ha creído todas las promesas que le ha hecho.

—April no es tonta, sabe como es Bellatrix —insisto, pero puedo ver como no va a servir de nada—. ¿No puedo verla ni siquiera cuando termine Lupin de interrogarla?

—No —ahora es George quien se opone y no dudo en encararme a él—. Para ella eres Piper Weasley, no tiene ningún sentido que vayas a verla.

—Puedo cambiar mi aspecto momentáneamente, y teniendo en cuenta que Fred ha ido no creo que sea raro que vaya a buscar a mi supuesto primo —le digo, haciendo notar que su gemelo también se ha ido con Lupin a interrogar a April.

—May, no vas a ir a ver a April —me repite George, cruzandose de brazos y extirandose todo lo posible. Sé que intenta intimidarme, pero no lo va a conseguir. George no deja de ser como un bollito de canela cuando está conmigo y no está enfadado.

—Tu hermano puede verla, ¿y yo no? —le contesto, un poco molesta con él. Es mi hermana, y voy a ir a verla—. No me mandas, George, por mucho que seas mi novio ella es mi hermana y va a estar siempre por delante.

—Estás en mi casa —la señora Weasley interrumpe de pronto en la conversación y la miro fijamente, a lo que ella me devuelve la mirada— y no vas a ir a ver a tu hermana.

—¿Y cuándo le ha importado mi bien, señora Weasley? —le pregunto, cruzandome de brazos. Una cosa es que Tonks, siendo mi amiga, me diga que no porque conoce los riesgos. Otra es que lo haga George, siendo mi novio y conociendo perfectamente a mi hermana diga que es mala idea hacerlo. A pesar de haber estado conspirando con ella un año a mis espaldas sobre como sacarme de mi casa y hacerme huir de mi boda. Pero la señora Weasley no nos conoce a ninguna de las dos y, mucho menos, se preocupa por nosotras.

Primavera [Fred & George Weasley] [EN PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora