Primavera [Fred & George Weasley] [EN PAUSA]

Capítulo 70

Pasado

No sé porqué le he dejado que se tumbe en mi regazo. Porqué no he protestado y porqué me he puesto a leer como si nada. Tampoco entiendo porqué le he dejado que apoye el libro sobre él y me ayude a sujetarlo para que pueda leer los pocos minutos que quedan antes de que el tren acaba su recorrido en la estación de Hogsmeade. No puedo concentrarme en lo que leo, pero finjo que lo hago, al igual que finjo que no me doy cuenta de que Weasley me mira. También sé perfectamente que May y George están mirando por la ventana del compartimento, con las cabezas muy juntas. Solo espero que el tema del dementor sea lo suficientemente interesante como para que nadie se fije en ellos. Como Orion se de cuenta se lo contará a padre. Como se entere padre estamos en problemas. Me muevo un poco para poder quedar oculta bajo el libro y poder mirar la puerta sin que May se de cuenta de que los estoy mirando.

—Anda, Avery, me pica la ceja, rascame —mi mano se mueve automáticamente y hago lo que me pide, sin ni siquiera haberme planeado por qué—. Vaya, esto es nuevo, gracias.

—Estoy leyendo, no molestes —le digo y él parece que se calla. No entiendo como no le molesta tener el libro sobre el pecho. Noto que se mueve, pero no digo nada, ni siquiera cuando me cambia la mano de sitio. A su pelo. Es suave y al final acabo enterrando la mano y le acaricio suavemente. Creo que leí en algún libro que eso se llamaba cafuné. Es bastante relajante. Tiene el pelo realmente suave.

Vuelvo a mirar por encima del libro, pero en la puerta ya no hay nadie, así que miro por la ventana. Ya estamos en Hogsmeade, casi frenando. La tormenta que hay es horrible y mi capa la tiene May, así que me tocará buscar en el baúl algún jersey para poder llegar hasta los carruajes sin pasar mucho frío.

—Venga, Weasley, levanta, ya hemos llegado —digo y paro de mover la mano en su pelo, a lo que él protesta.

—Estaba muy gusto, Avery —se queja y le quito el libro de encima para que se levante, pero no lo hace.

—Vamos, que tengo que coger un jersey, May tiene mi capa —le suelto y por fin se levanta. Me pongo de pie en el asiento y guardo el libro como puedo, para luego rebuscar entre todas las cosas. Lo había ordenado, pero al sacar el libro debía de haber movido todo.

—¿Lo encuentras? —me pregunta Weasley y niego—. Venga, te dejo mi capa, vamonos a los carruajes, que quiero cenar.

—Vete, nadie te ha dicho que me esperes —le suelto y sigo buscando. Pero mis pies se levantan del asiento y pronto Weasley me tiene cogida en brazos—. ¡Bajame, Weasley! ¿Estás loco?

—No te pongas así —dice, pero no me baja. Es una suerte que ya no quede casi nadie en el tren porque me sigue llevando en brazos hasta la puerta. Entonces se quita la túnica y me la pone por encima—. Sí que te queda bien el rojo.

—Que asco —digo, pero cuando una ráfaga de viento me da me envuelvo en la túnica. Weasley levanta una ceja y le saco la lengua.

—¿No te daba asco?

—Hace frío —le digo, para mirarle bien. Al menos lleva el jersey del colegio, pero la túnica quita bastante frío. O quizá soy yo por solo llevar la camisa—. ¿No vas a tener frío?

—Hay que correr hasta los carruajes, arrastras la túnica, ¿de verdad crees que te voy a dejar ir corriendo para que te caigas y me eches la culpa? —dice y entonces se gira—. Venga, sube, te agarraré bien y me taparás con la túnica.

—Quieres que me suba a tu espalda —he tenido que oírle mal. Es imposible que haya dicho eso.

—¿Es una pregunta? Sí, vamos, Avery, que al final nos va a tocar ir andando —insiste y niego, a lo que me mira con curiosidad—. ¿Puedes lanzarte de tu escoba a veinte metros de altura en una maniobra en la que no sabes si tu hermana va a ser lo suficientemente rápida como para tirarse ella también y no puedes subir a caballito?