Capítulo 116

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Presente

El día de la prueba de embarazo fue un mal día. En cuanto Ginny sugirió que fuera a Azkaban May se puso a gritar que estaba loca y Hermione también empezó a chillar. Luego llegó Fred, oyó "Azkaban" y se sumó a los gritos, y como Tara le oyó gritar ella se puso a ladrar y la casa parecía el banquete de Halloween en Hogwarts.

El caos siguió aumentando con cada minuto que pasaba y, al final, Fred acabó viendo el test en la mesita. Basta decir que todas se fueron y nos quedamos solos por fin.

— Fue como la última vez, las fantasías de May —recuerdo haber murmurado y él solo asintió—. Voy a irme al apartamento.

— ¿Por qué no te quedas hoy en casa? —lo comentó fingiendo desinterés, mientras que iba a la cocina como si nada y solo asentí, sin decir nada más.

Jugué con Tara hasta el momento de poner la mesa, donde ella me siguió hasta la cocina y, en cuanto vio a Fred, no dudó en ir hasta él. Y como quería esquivarla, todo salió volando por los aires y pronto estaba lleno de comida. Ese día me reí mucho, y de repente el ataque de risa paso a ser de llanto.

— Es la segunda vez, ¿qué pasa si la siguiente es verdad? —recuerdo haber dicho entre sollozos y poco importaba la comida en todas partes, Fred solo me abrazó fuertemente.

— Pues seremos los mejores padres que podamos —susurró en mi oído para después darme un beso suave en la sien—. No vale de nada pensar en ello si no ha pasado.

— ¿Y si pasa?

— Pues estaremos juntos.

Terror. La idea de un embarazo me producía terror y esa noche se lo conté a Fred. Terror por si pasaba algo, terror por todos los cambios que llevaba y terror por no ser capaz de hacerlo bien. Teniendo en cuenta a mis padres, no era descabellado pensar que yo no podría ser buena madre en ninguno de los casos.

Fred, por su parte, me habló aquella noche de su propio miedo. Había uno que teníamos en común, el de no ser buenos padres. Pero también tenía miedo de qué podría pasar. Porque el también recordaba perfectamente lo que le había contado y que era peligroso si al final lo conseguíamos.

— May nos lo contó, lo de... —no necesitaba que terminase la frase, ya lo sabía a qué se refería, así que solo asentí—. Que se quiera escapar me asusta tanto como a ti, April.

No volví al apartamento a dormir ninguna noche más. Las palabras de Ginny seguían allí, y siguieron allí durante las siguientes semanas, cuando me tumbaba en nuestra cama por las noches y Tara se subía a la cama conmigo. Fred llegaba siempre bastante tarde, y siempre le esperaba. Cuando llegaba Tara se lanzaba corriendo hasta la chimenea y luego intentaba meterse de nuevo en la cama, pero él nunca la ha dejado. Yo siempre lo hago.

— Quieres ir a Azkaban, ¿verdad? —dijo un mes después y solo asentí a lo que él suspiró—. Pues iremos.

— No tienes que ir —recuerdo decir y él solo se rió.

— ¿Cómo no voy a ir contigo, amor? No te voy a dejar pasar eso sola, no otra vez.

Nos iba bien sabiendo solamente nosotros que estábamos juntos. Todos lo sabían, claro, como no iban a saberlo después de que tuviéramos que llevar a Tara al resto de comidas los sábados gracias a Ginny. Le encantaba los gnomos de jardín y perseguirlos, así que era divertido verla. Lo que no fue divertido fueron las miradas de Molly y sus palabras.

— Quiero nietos. Humanos a ser posible, no perros ni dragones.

Aquella noche se añadió un nuevo miedo más. ¿Y si algún día queríamos una familia y no podíamos por mi culpa? Estaba claro que nunca nos iban a dejar adoptar a nadie, no era lo suficientemente estable para ello. Y los médicos muggles lo habían dicho, era casi imposible un embarazo, que tendría que tener mucha suerte y, luego, muchísimo cuidado. 

Primavera [Fred & George Weasley] [EN PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora