Capítulo 97

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Presente

Harry se había escondido detrás de nosotros para intentar evitar que todos le llenaran de nieve, pero eso solo acabó con los tres teniendo nieve hasta dentro de los pantalones. Por supuesto no dudamos en unirnos a la pelea y, al final, acabamos todos bastante congelados. Aunque nada que la ropa seca y un chocolate caliente no arreglasen.

Era una suerte tener la magia de nuestra parte o no hubieramos podido cenar todos juntos. April y yo volvemos a repetir el mismo encantamiento que habíamos utilizado después del baile de Navidad para estar tranquilamente bajo un árbol con los gemelos y pronto salen de la casa las mesas y las sillas. El ambiente empieza a caldearse y cuando Andrómeda llega con Teddy tenemos una temperatura primaveral bastante agradable. Aunque hay que ponerse el abrigo cuando sales de la zona, y eso es algo que a Teddy no le queda claro. Andrómeda acaba sentando al pequeño en la mesa, que se queja con sus balbuceos y cambia de color de pelo, en un intento de que alguien le coja. Como de tonto no tiene un pelo, cambia a pelirrojo y entonces empieza el baile de brazos.

— ¡Charlie, te toca! —le dice Fred, viendo como el niño empieza a llorar de nuevo. Porque el cabrón se calma cuando cambia de brazos, dura unos minutos y empieza a llorar de nuevo para otros brazos. Quien más había conseguido que se calmara había sido Ron, que había aguantado unos impresionantes cuatro minutos según April.

— Ven aquí, que te voy a contar historias de dragones.

Charlie rescata a Teddy de los brazos de Fred, que prácticamente corre hacia April. Repiten al menos cinco veces al día que no están juntos, pero ya les había visto en la ventana de la cocina abrazados y ahora se están yendo los dos juntos de nuevo hacia dentro de la casa. Y, como no, en lugar de coger los abrigos, salen sin nada. Probablemente para poder tenerlo como excusa para ir abrazados hasta dentro. Bueno, más bien Fred abraza a April, que de nuevo parece que tiene la mirada perdida en la nada. Antes estaba de mejor humor, no había hablado nada mientras que lanzabamos el hechizo y parecía estar distraída.

— ¡Papá, te toca, Teddy se ha cansado!

Había durado con las historias de dragones exactamente dos minutos. El señor Wealsey coge al pequeño Teddy y entonces mueve la varita para convocar su colección de juguetes de los menús infantiles. Y eso parece que a Teddy sí que le gusta porque se distrae y Bill suspira aliviado, al igual que Ginny. Ellos eran los últimos pelirrojos que quedaban por coger a Teddy.

— ¡Cuidado que quema! —grita April desde dentro de la casa y detrás de ella, levitando, aparece un plato gigante.

Todos nos apartamos mientras que ella deja el pavo en la mesa. Fred viene detrás, con otro plato lleno de patatas asadas y Molly cierra el grupo con la fuente de coles de bruselas más grande que he visto en la vida. Y parece que Teddy sabe perfectamente que son, porque se echa a llorar en cuanto las ve y su pelo cambia a rubio.

— May, querida, ¿puedes coger a Teddy? —yo también tenía que haber sido tan rápida como Fleur, que prácticamente ha salido corriendo con April detrás para coger los platos que faltan.

— Claro —¿quién se iba a negar?

Intentar entretener a Teddy hasta que llegue la siguiente rubia es bastante complicado, así que como no tenemos platos me acerco con él hasta el borde de nuestro microclima y entonces saco la mano fuera, donde está nevando. La cúpula que hemos formado queda preciosa porque la nieve rebota sobre ella y cae alrededor, formando una pequeña montaña. Cuando tengo la suficiente nieve en la mano formo como puedo una pequeña bola de nieve y entonces se la doy a Teddy.

— ¿Qué te parece si se la lanzamos a April? —le preguntó al bebé y él sonríe. Claro que quiere que se la lancemos a April.

— Pri —dice y no puedo evitar reírme. Es como Draco.

Primavera [Fred & George Weasley] [EN PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora