Capítulo 54

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Pasado

La vuelta a clases no dejó de ser algo de lo más aburrido del mundo. Draco nos dio nuestros regalos de Navidad según llegó a Hogwarts, e incluso traía el peluche del rayo que le habíamos mandado en el baúl. Cuando le lancé mi peluche de comadreja sin relleno alguno empezó a reírse de tal forma que acabó en el suelo tirado. Era divertido ver a Draco así. Por otra parte estaban los gemelos Weasley. Los habíamos empezado a ignorar, sin remordimiento alguno al ver que, a pesar de lo que habían hecho el día de Navidad no vinieron a disculparse ni una sola vez cuando conseguimos quitarnos ese pringue asqueroso de encima. Los odiaba, pero en especial odiaba a Fred Weasley. Odiaba que hubiera destrozado la bufanda, odiaba que me hubiera gustado tanto el maldito regalo y, sobre todo, odiaba que me gustara la idea de que me hubiera hecho un regalo.

Las clases eran un no parar, y entre ellas y los entrenamientos de Quidditch no había forma humana de mantener el ritmo. Cuando quisimos darnos cuenta había acabado el partido contra Ravenclaw y habíamos perdido por bastantes puntos. No estábamos en nuestro mejor año y eso se estaba notando, ya habíamos perdido contra Gryffindor y ahora Ravenclaw. Prefería olvidar la bronca de Flint cuando, de nuevo, nos echó la culpa por no marcar más tantos, pero él era quien no nos pasaba la quaffle ni una sola vez.

Febrero dio paso a marzo sin pena ni gloria ya que nos pasamos todo el mes encerradas en la biblioteca el tiempo que no estábamos en el campo de Quidditch. Lo único excepcional fue la victoria de Gryffindor contra Hufflepuff —que seguía en las nubes— y Draco con un ojo morado por haberse peleado con Weasley pequeño. Por supuesto que fuimos a chillarles a los gemelos Weasley y, como habíamos estado en Hogsmeade semanas atrás habíamos pasado por Zonko, donde no dudamos en hacernos con un buen montón de polvos picantes que acabaron en las túnicas de los gemelos Weasley. No era muy complicado acceder al vestuario de Gryffindor cuando entrenaban y ese fue nuestro momento. O mejor, nuestros momentos, ya que no solo pasó una vez. A cambio, nosotras teníamos una ropa que, al ponerla, te teñía la piel de colores. Por supuesto esto acabó en más gritos por parte de ambos y estaba más que claro que la pelea de bolas de nieve de la Navidad solo había sido una ilusión creada por el momento.

Llegaron las vacaciones de Pascua y con ello más deberes y más bromas por parte de los gemelos Weasley que se las devolvimos cuando sacábamos un poco de tiempo. May había empezado a ayudar en los invernaderos de la profesora Sprout después de las Navidades y yo tenía las clases avanzadas de transformaciones, que también incluían deberes y no pensaba dejar bajo ningún concepto. Por mucho que la presencia de Weasley me molestase, no dejaba de ser un estimulante para ser aún mejor que él.

Tras las vacaciones llegó lo mejor, Gryffindor había perdido ciento cincuenta puntos en tan solo una noche. Vale que Draco también había perdido cincuenta, pero seguíamos a la cabeza de la copa de las casas y, además, los gemelos Weasley estaban amargados. No podían ser mejores noticias para nuestra casa y nos hicimos cargo de que lo tuvieran bien claro. También nos encargamos de molestar a Draco porque, no solo había perdido cincuenta puntos, si no que había sido persiguiendo a Potter, lo cual nos daba puntos extra para poder molestarle mejor. Siempre decía que no iba a volvernos a hablar, pero en seguida venía corriendo a contarnos que le había pasado o que cosa nueva e irritante había hecho Potter de nuevo. Hasta que llegó la noche de su castigo y, cuando volvió, lo hizo blanco como la nieve.

—¿Por qué das la luz? —le grito cuando entra a nuestra habitación, despertandonos. Era la una de la mañana y teníamos clase al día siguiente. Yo no dormía muy bien, a diferencia de May, que solo se despertó cuando grité.

—El castigo era en el Bosque Prohibido —dice Draco según cierra la puerta y apaga la luz para luego encender su varita. May despeierta del todo al oír esas palabras y se sienta rápidamente para luego imitarle con la luz.

Primavera [Fred & George Weasley] [EN PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora