Capítulo 77

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Presente

—¿¡Cómo te atreves a sacarme de allí!? —le chillo a George en cuanto nos aparecemos en mitad de la nada.

—No puedes ir amenazando al Ministro de Magia, May —me dice y me río. Cómo que él no lo haría.

—Tú estuviste extorsionando a un jefe de departamento del Ministerio —le respondo y él niega.

—Fred, fue Fred, la idea fue de Fred y quién la quería llevar acabó era era él, yo solo quería darle una advertencia.

—¡Es lo mismo!

—¡Claro que no lo es! ¡Tenía dieciséis años de todas formas, tú tienes veinte!

—¿Vas a justificarlo con la edad? —le pregunto y él suspira.

—May, acabas de amenazar al Ministro de Magia de matarlo si se lleva a tu hermana. Acabamos de salir de una guerra y estás casi proponiendo la siguiente —me dice George intentando calmar la situación. Y funciona. Quizá no debería haberle amenazado. Me acerco de nuevo hasta mi novio y le abrazo por la cintura—. April no ira a Azkaban, ¿vale?

—No puedo perderla otra vez, George —susurro y él me da un beso en la cabeza en respuesta.

—Haremos todo lo posible para que no vaya, te lo prometo

—¿Podemos volver ya? —le pido, pero él solo se aleja un poco y sonrió—. Por favor.

—Quiero enseñarte algo —dice, en cambio y me da la mano.

Estábamos en mitad de la nada y George me va guiando entre los árboles hasta que llegamos a una casa relativamente pequeña. Tiene tres plantas, contando la que está al nivel del suelo. Hay pequeños balcones en tres de los ventanales, dejando ver habitaciones vacías. En la planta de abajo no hay nada, pero se puede ver dónde va a estar la cocina o el salón. También se puede ver una chimenea, pequeña, pero llena de leña.

—¿Te gusta? —pregunta George y no puedo responder—. Fred me ha estado ayudando desde que terminó todo.

—¿Por eso desaparecíais por las tardes? —consigo preguntar sin dejar de mirar la casa—. Es preciosa yo...

—Es nuestra, May —dice y no tardo en empezar a llorar. Esto es mucho más de lo que había pensado nunca—. ¿Quieres entrar?

Asiento mientras que no dejo de abrazarle y le beso la mejilla. A él también se le ha caído alguna lágrima. Cuando entramos puedo ver con todo lujo de detalles como habían pensado en poner todo. Sí, sin duda alguna podía verme aquí con George el resto de mi vida.

—No está amueblada porque no nos ha dado tiempo, no pensaba traerte tan pronto, pero...

—Pero la he liado tanto que no has tenido opción, ¿no? —le digo riéndome y quitándome las lágrimas. George también se ríe y tira de mi para que nos sentemos en el suelo.

—Tendremos que aprovechar un rato que estamos a solas, ¿no? —susurra y le beso porque tiene razón. Ahora dormimos juntos, si es que le podemos llamar dormir a eso que hacemos. Todas las noches oímos los pasos de un lado a otro de Harry en el piso de arriba. O como la puerta de Ginny se abre en el piso de abajo. O como llora la señora Weasley. O como Fred y April hablan abajo. Si llamamos dormir a eso entonces dormimos mucho—. Tengo muchas cosas que enseñarte.

—¿Como qué?

—Ahora lo verás —dice, levantándose y tira de mi con facilidad para que también lo haga. Subimos las escaleras hasta la planta de arriba, el ático. Está también vacío, pero es un sitio donde no hay ninguna ventana y está exactamente igual que la sala de Hogwarts para revelados—. ¿Te gusta? ¿Falta algo?

Primavera [Fred & George Weasley] [EN PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora