Primavera [Fred & George Weasley] [EN PAUSA]

Capítulo 100

Presente

— No pienso casarme en junio.

May se levanta de la silla donde estaba sentada y se cruza de brazos mirando a su novio. Bueno, marido. Sigue siendo algo raro todo eso. No puedo evitar mirar a Fred, que tiene una mirada llena de diversión, pero lo que no sabe es que se viene una pelea porque George no está dejando elegir a May ni la fecha de la segunda boda. Cuando te organizan toda tu vida suelen pasar estas cosas, que te molesta que decidan por ti cuando se supone que puedes elegir.

— ¿Por qué no? Junio es un mes bonito, ¿no te gusta?

— No me gusta que elijas por mi —y ahí está, bueno al menos no ha tardado en decirlo—. Ya has elegido que nos casabamos en agosto, sin contar conmigo, por supuesto. Montaste todo y de golpe boom, estabamos casados. ¡Ni siquiera tuve nada de elección!

— ¿No te querías casar conmigo? —ahora George se levanta de la silla también y se pone delante de May. Y parece que no le ha gustado. También es verdad que May no se ha explicado bien.

— No está diciendo eso —no puedo evitar meterme en medio de los dos, viendo como todos los demás apartan la mirada y no dicen absolutamente nada. Incluso a Fred se le ha borrado la sonrisita—. Está diciendo que podrías haber pensado en preguntarla, ya sabes, organizarlo juntos.

— ¿Pero qué tiene de malo que lo hicieramos y ya? —no, parece que no lo pilla.

— Quiero elegir. Quiero la boda en octubre y quiero que vengan Narcissa y Draco. Concretamente quiero que Draco me lleve —empieza a decir May y George pone los ojos en blanco—. Quiero margaritas en las mesas y en mi ramo. Quiero poder elegir mi vestido y quiero poder elegir los vestidos de las damas de honor, porque quiero vestido no quiero túnica. Quiero elegir el color de la boda y si quiero que sea temática o más tradicional. Quiero que sea una boda más muggle que mágica y quiero hacer yo las fotos.

— ¿Cómo vas a hacer las fotos tú si eres la novia?

— ¡La cámara se puede encantar! 

— ¡Pero no quedarán igual!

— ¡Me importa una mierda!

—¿Por qué no nos tomamos un té? —y ahí entra Molly, viendo que el ambiente se caldea. Oh, que maravillosa es la vida en familia—. George, ayudame con la tetera.

— Oh, no, Molly, deberías dejar que sigan discutiendo, creo que George no ha terminado de pillar el problema —le digo, volviendo a sentarme ya que ahora parecen algo más tranquilos. Andrómeda, por su parte, parece que sí que lo ha pillado y niega.

— Te ibas a casar antes de huir, ¿verdad? —Andrómeda habla mirando a May, que asiente y aparta la mirada hacia la pared, como si el reloj de la familia tuviera algo nuevo. No lo tiene, he pasado muchas horas mirandolo y sigue igual que siempre, sin la aguja de Percy en él—. ¿Cuánto te dejaron elegir de esa boda?

— Sabes la respuesta.

May decide que ya ha tenido suficiente y sube las escaleras tan rápido que cuando nos damos cuenta solo oímos el portazo. Y luego un grifo. Bueno, al menos se ha encerrado en el baño.

— La noticia llegó a finales de sexto, ya sabes, cuando llegamos a casa —empiezo a decir y ahora la que mira el reloj soy yo. Es más fácil contarlo—. Un año. Cuando terminasemos el colegio nos casariamos. Que lo habían adelantado todo varios años solo por vosotros, por las fotos que tenían. Lanzó las fotos contra el suelo y poco importó lo que dijeramos. May suplicó y no acabó bien, la verdad.