Capítulo 106

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Es muy distinto estar con Fred abiertamente por los pasillos que andar escondiendose. Pero me gusta. Me gusta poder saludarle tranquilamente por los pasillos, me gusta cuando McGonagall nos regaña en clase —a pesar de que somos los únicos que hemos conseguido hacer la tarea en cuestión— cuando hablamos entre nosotros o, lo que parece ser la actividad favorita de Fred, pasarme el brazo por encima de los hombros cada vez que tiene oportunidad. Lo cual también hace en clase de pociones y Snape siempre le castiga cada vez que lo hace.

También me lanza una mirada que, si supiera que le importamos algo, sabría que es de advertencia.

Padre puede darse por satisfecho, Fred no es un sangre sucia, así que la elección habría podido ser mucho peor. Además, la familia Weasley aparece en los sagrados veintiocho, ¿no es eso lo que quería?

Pienso pelear por esto. Porque si sale bien con Fred, para May también podría salir bien. Y si sale mal ella no tendrá que exponerse. 

— ¿Cómo de serio vas con George? —le pregunto el día de la excursión a Hogsmeade. Vamos a ir con ellos, de verdad. Dar una vuelta por el pueblo, tomar una cerveza de mantequilla en Las Tres Escobas sin tener que escondernos. ¿Quizá es demasiado pronto?

— No lo sé, en serio —May no parece estar por la labor de contestar, y eso que estamos en su habitación, las dos solas—. ¿Por qué?

— Curiosidad —respondo y ella deja de mirar las fotos que había estado revelando la noche anterior para mirarme—. ¿Qué?

— ¿Y tú como de en serio vas con Fred? —si se piensa que le voy a contestar eso lo lleva claro.

— Esto no va de mi, va de ti.

— Pues hagámoslo de ti, quiero saberlo todo, ¿cuándo os liasteis por primera vez? ¿Cuántas veces fueron? ¿Por qué rompisteis?

— Lo primero no rompimos, no estamos juntos —lo corrijo aunque sea mentira. Quizá un poco juntos sí que estuvimos—. Lo siguiente ni te interesa cuando fue ni cuantas veces.

— ¡Ja, acabas de admitir que hubo más veces!

— Ja, eso ya lo sabías.

May me lanza una mirada que definitivamente podría matar a alguien si las miradas matasen, pero no importa porque le saco la lengua y de nuevo se empieza a reír.

— Me gustaría que me lo contases.

— Algún día —sí, si todo sale bien. Cuando todo esté bien, cuando no sea un peligro contarlo.

— Eso espero, no lo olvido, ¿queda claro?

— Sí, pesada —quizá es un buen momento. Quizá podría decirselo, quizá podría contarle la verdad, lo que padre planea.

—Oh, mira esta foto, ¿no sois adorables?

O quizá no. Las fotos que ha sacado May son de hace unos días, cuando estuvimos los cuatro dando un paseo demasiado cerca del Bosque Prohibido. Como siempre ha sido capaz de capturar el momento perfecto y en la foto salimos Fred y yo besándonos.

— ¿Quieres quedartela? —asiento porque no sé donde está mi voz. Esta completamente perdida porque sigo mirando la foto. Sé perfectamente que cuando Fred se aleje pasará su brazo por mis hombros y entonces le abrazaré por la cintura. Sé que nos giraremos y miraremos a la cámara. O al menos es lo que hice yo, pero Fred no. Fred me mira a mi—. Tengo que decirle a George que deje de hacer estas fotos.

El susurro me devuelve a la realidad y miro a May y la foto que tiene en las manos. Está hecha desde muy cerca y se ve como May sonríe de oreja a oreja. Entonces la mano de George aparece en la foto y le pone la mano en la mejilla. Sin dejar de apuntar a May —tengo que preguntarle como demonios hace eso— se cuela en la foto y la besa rápidamente antes de volver a alejarse.

Primavera [Fred & George Weasley] [EN PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora