Capítulo 18

817 78 3
                                    

Pasado

Cuando vuelvo a Hogwarts lo primero que hago es ir a hablar con la profesora McGonagall. Ella lee la carta que padre me ha hecho darle y me mira por encima de sus gafas. No sé que es lo que está escrito ahí, pero no confío en él.

—¿Está bien, señorita Avery? —me pregunta y yo asiento. Claro que estoy bien, ¿por qué no iba a estar bien?—. ¿Sabe que puede contarme cualquier cosa? La ayudaremos.

—Estoy bien, profesora, no me pasa nada —digo y ella parece desconfiar.

—¿Por qué no toma asiento? Ya que ha venido me gustaría hablar sobre las clases de transformaciones —dice y la silla de su escritorio se aparta con un ligero movimiento de su varita, invitándome a sentarme.

—No, gracias, preferiría seguir de pie —digo con una sonrisa, como madre me ha enseñado.

—Insisto, será algo largo —dice ella y no me queda otra que obedecer.

Trato de mantener la sonrisa a pesar del dolor en las costillas por los crucios. Madre me había dado varias cosas para el dolor, pero eran pociones fuertes que solo podía tomar cada veinticuatro horas. Y solo habían pasado once. Se me escapa un quejido cuando acabo de sentarme en la silla, pero la profesora McGonagall no dice nada aunque la veo apretar los labios, como si quisiera decir algo.

—¿Qué le parecería tener clases avanzadas de Transformaciones? —me dice y no puedo evitar sonreír esta vez de verdad—. Por supuesto no sería este curso, con su comportamiento anterior se vería como una recompensa así que tendremos que dejarlo para el próximo año.

—Me encantaría, profesora, su asignatura es mi favorita de todas las que tenemos—digo y ella asiente.

—Tiene una gran competición con el señor Weasley por ser la primera en la clase, se nota su devoción por la asignatura —la profesora McGonagall se pone de pie y eso me obliga a girarme para poder verla. Y se me vuelve a escapar un quejido—. Debería ir a la enfermería, señorita Avery.

—Ya he tomado algo para el dolor está mañana, profesora —digo, viendo que mentir es algo imposible ahora mismo—. De todos modos me iré ya a mi sala común, es bastante tarde.

—Por supuesto, señorita Avery —me levanto de la silla y cuando abro la puerta de su despacho noto un breve carraspeo a mis espaldas—. ¿Puedo preguntar qué le ha pasado?

—Una mala caída por las escaleras de mi casa, profesora —improviso y ella solo asiente y vuelve a la carta que le he traído—. Profesora, ¿qué dice la carta?

Ella me mira fijamente, como si tuviera que saber de qué va el tema y cuando veo que hace una pequeña negación con la cabeza cierro la puerta y me voy de allí. Sé que no me ha creído con la caída por las escaleras.

Trato de bajar las escaleras lo más rápido posible ya que es casi la hora de tener que estar de vuelta en nuestras salas comunes, con la mala suerte de que uno de los escalones que piso desaparece bajo mis pies y tropiezo cayendo escaleras abajo. No puedo evitar gritar al sentir los golpes en la espalda y algunos en las costillas, los lugares que tengo más maltratados por las maldiciones.

Me quedo en el suelo, intentando recuperar la respiración que me han quitado los golpes cuando siento una mano en mi espalda que me sobresalta. Veo la cabellera pelirroja y antes de saber quién es me levanto cómo puedo y sigo bajando más escaleras.

Primavera [Fred & George Weasley] [EN PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora