-NUEVE-{Parte 2}

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Él avión no llebava ni una hora en el aire cuando Jack decidió cerrar sus ojos para descansar. Olvidaría por completo aquella amenaza, no solo estúpida, si no absurda de parte de Jane.

Él no le permitiría decir ni una palabra a Valentina. Por alguna razón estaba bajo su protección y no bajo la de ella, aunque a última hora no tuvo más alternativa que dejarla en manos de Dante, su amigo de confianza qué sabía hacer bien su trabajo. Jacob le había fallado la noche anterior y por tal error ya no le servía.

Jack estaría en paz cuando su hermana llegara de Inglaterra, quién cuidaría de su hija como si fuese el mismo, quién mejor que ella.

Los minutos le pasaron a toda prisa, se percató que Jane no regresaba del baño. Abrió un ojo y vió que su asiento seguía vacío, así que inclinándose un poco miró al pasillo desierto y no vió rastro de Jane. En cambio solo visualizó a los pasajeros que dormían cómodamente, había más que un asiento vacío, muchos habían abandonado aquel vuelo.

Se acomodó nuevamente y dejó en el olvido a su esposa. En realidad hacía mucho que la había olvidado.

Cerró sus ojos y se sintió observado, pudo sentir que alguien lo estaba mirando fijamente. Él podía presentir aquellas cosas.

Cuando abrió sus ojos se percató de la joven que estaba a solo dos asientos delante del suyo, a mano izquierda quien lo estaba observando de manera misteriosa. No se había percatado de aquella joven al subir, le era muy fácil recordar las caras de las personas que estaban a su alrededor.

Sus ojos eran tan negros y brillosos más que la misma noche, en sus brazos llevaba un niño que comenzó a llorar de manera repentina. La joven volteó su cabeza lentamente y se fijó en el bebé.

Comenzó a hacer leves movimientos con su brazo de arriba hacia abajo para calmarlo. No sabía si realmente lo estaba calmando  ó empeorando.

Jack se estremeció, aquella mujer le recordaba a la famosa obra de arte de Da Vinci (La Gioconda).

Suspiró y recostó su cabeza nuevamente contra el asiento. El cansancio comenzaba a afectarle así que dejó que el sueño se apoderara de él. Antes sintió a su esposa sentarse a su lado de una manera brusca.

—Pensé que te habías quedado encerrada en el baño.

—Tuve un problemita.

—Me alegro que lo hayas solucionado—seguía con sus ojos cerrados. Ni le apetecía verla y se alegró de que el niño dejara de llorar. No podría soportalo toda la noche.

—¿Jack?

—¿Ujum?

—Quiero lo mejor para nuestra hija.

—Yo también.

—Hablo enserio Jack.

—También yo Jane.

—¿Dónde está ahora? ¿crees que esté en buenas manos?

Jack no respondió. Su mente estaba procesando una de las anteriores palabras de Jane.

Una que jamás en su vida había oído de parte de ella y que con certeza jamás Jane las diría.

—Lo está y tú lo sabes muy bien.

Él abrió los ojos y contempló lo que tenía delante de él, la pantalla frente a él que permanecía apagada y maletero arriba, pero no se atrevió a ver a su esposa.

Jane seguía a su lado, sin responderle aún, en silencio.

Jack se llevó una mano a su chaqueta muy lentamente y el telefono seguía allí. No tuvo chance de dar señal, cuando el avión dió una sacudida imprevista que lo hizo saltar en el asiento.

Un grito provino de la parte de atrás de los pasajeros y todo quedó en oscuridad. El avión volvió a estremecerse, las turbulencias habían comenzado de una manera muy inesperada que la gente se horrorizó.

—¿Dónde estás Jane?—se levantó como pudo y la agarró por el cuello.

Jane comenzó a reirse y sus ojos de un color gris comenzaron a tomar un color negro y brilloso que en la oscuridad el podía ver. Sus ojos dejaron de ver a Jack para mirar detrás de él. Él miró y vió como el bebé gateaba a toda prisa hacia donde estaban ellos. Transformandose en algo más grande y horrorozo, su piel cambiando de color, cuarteandose a medida que avanzaba.

Eran demonios los que estaba con él.

Todo quedó negro delante de sus ojos y de sus manos se escapó aquella cosa que llevaba tiempo sin ver, de la que permanecía huyendo todo el tiempo.

—¿Jack? ¿Dónde estas? ¡Jack! ¡Jack! —gritó Jane tan fuerte que si seguía haciendolo podía quedar soldo.

—¡No puedo verte!—respondió el preocupado por su esposa.

—¡Jack por favor, ayudame! Jack...

—¿Jane?—gritó el desesperado por protegerla.

—Estoy aquí. Despierta Jack.—Jane lo despertó al estremecerlo con fuerza.

El sudor corría por su frente, estaba empapado. Miró a su esposa al lado suyo, aquello había sido una pesadilla.

—¿Que soñabas? Acabo de volver del baño y te encuentro gritando mi nombre...

Jack le pone una mano en la boca para silenciarla y comienza a oír los sollozos del bebe. Como tambien comienzan las turbulencias en el avión.

—Tenemos compañía. Ellos estan aquí.

—¿Vienen por nuestra hija? ¿dónde está Jack? ¿con quién está nuestra hija?

Jack la observó.

Su verdadera esposa jamás le diría a él "dónde está nuestra hija"

Siempre había hecho mención de llamarla por su nombre Valentina.

—Mi hija está a salvo. —cerró su mano en un puño y dejó que su anillo quedara clavado justo en su frente.



***

HOLAAAAAAA! mis lesctores fantasmas. Los llamaré hijos de Adelpor nunca hacer acto de presencia u.u

Aja! Les aclaro algo. Escribo ésta novela por tercera vez ya que dos veces la mandé a borradores, no se si seguirá algun lector de aquellos tiempo por ahí.

La novela se llamaba NO BESAR AL REY  título que amo mucho pero que no puede llevar ésta novela, si no la siguiente ;)

AEDERLAN [Poder De Los Caídos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora