AEDERLAN [Poder De Los Caídos]

-SIETE-

Valentina salió de clase acompañada de Francis y Penélope. Afuera llovía con gran intensidad, vió un audi negeo que pitó al instante y se dió cuenta que no era el mismo de siempre donde andaba con Jacob. Ni quiera sabía a donde había ido a parar luego de que ella entrara a clases.

Volvió a pitar y él chofer bajó la ventanilla para que pudiesen visualizarlo , Francis quien prestó más atención, le dió un codazo a su amiga para que viera de quien se trataba.

-Creo que es Dante.

Valentina se sorprendió.

¿Tan pronto ya habían cambiado al guardespalda?

-Si. Es él. -Les pidió a las chicas que subieran con ella, pero Penélope se negó porque ya en poco tiempo su hermano pasaría a recogerla.

-Nos vemos mañana entonces. Cuidate-Le dijo Valentina al darle un abrazo.

Ambas subieron al auto empapadas en un segundo. Valentina a la parte delantera. Luego de ponerse comodo observó a su nuevo chofer.

-Hola. ¿Donde está Jacob?-Dante observó por el espejo retrovisor y vió a Francis y luego a Valentina.

-Buenas Tardes señorita Seller. Hasta hoy él trabaja para usted. De ahora en adelante yo seré su...

Ella lo interrumpió furiosa, no con él, si no por su padre.

-¿Papá se marcha? ¿No es así?.

Jack le había sido muy claro en decirle que Dante trabajaría cuando él se marchara.

Quería a Jacob. Este nuevo guardespalda no le caía muy bien. Y no necesitaba conocerlo para saber si se equivocaba. Le había agarrado cariño a aquel guardespalda.

No se cambia lo que se siente de la noche a la mañana, no se deja de sentir aprecio cuando la persona no está, se siente mucho más y si aparece alguien queriendo tomar su lugar, eso jamás pasará.

Recordó de pronto a su hermano, su ausencia, como se sintió cuando el se marchó sin saber nada más de él, y luego había muerto. Sin despedida, sin un abrazo, sin nada. Se sintió nostargica. Aún odiaba no saber como había ocurrido aquel accidente.

Dante la trajo de vuelta con su respuesta y el nudo que se le había hecho en la garganta desapareció de a poco.

-Eso es algo que debe preguntarselo al llegar.

Valentina lo vió de reojo, aquel hombre parecía tranquilo, se fijó que llevaba tatuajes en sus dedos. Quizá estaba agarrandola con quien no debía, no sabía porque de pronto se sentía tan así. Quizá edtaba exagerando un poco.

-Primero deja a Francis en la calle siguiente. Hablaré con él cuando llegue.

No se volvió a oir alguna palabra en el auto donde andaban. Su amiga se despidió de ella y quedaron en que hablarían en la noche al telefono.

El resto del trayecto fue un silencio mutuo. Dante aparcó frente al edificio desolado y ambos pasaron por el la sala que siempre permanecía vacía.

Ambos subieron al ascensor, esperó hasta llegar al último y en el pasillo se encontraba Lilo solamente.

Lo saludó y sin más lo abrazó. Lilo se extrañó de aquel gesto, pero lo acepto. Entró al apartamento y encontró a su padre al telefono, vió la hora y era ya la una de la tarde. Su estomago rugió, se acercó a la cocina y encontró la comida ya servida.

-Lamento que esto haya sido tan pronto.-Dijo su padre tras de ella.

-¿Por qué? ¿Por que te marchas tan pronto? Y mamá no va a despedirse de mi? No he tenido la oportunidad de hablar con ella.