-TREINTICINCO-

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Calabozos.

El hedor a putrefacto inundaba aquel oscuro he húmedo lugar. El frío aunque era aterrador, le superaban los ruidos de roedores que la mantenían recostada contra la pared, atenta a que no se aproximara ninguno de ellos. Había despertado hacía sólo unos minutos y ya tenía su garganta ronca y dolorosa de tanto pedir ayuda al hombre en el que había puesto su confianza.

Apenas un poco de luz provenía del pasillo de paredes de ladrillos. Estaba sola en aquel lugar asqueroso que comenzaba a contaminar su cuerpo por la humedad, y la suciedad. Muy cerca de ella habían unas cadenas y grilletes que agradeció con toda su alma no llevarlas puestas.

-¡Jack, Sácame de aquí! - sollozó.

No había hecho algo malo como para merecer estar allí. Ni siquiera sabía cuanto tiempo llevaba encerrada en aquel calabozo.

Aún no podía creer lo que había oído de Jack y mucho menos que fuera cierto. Se preocupó por saber si estába en peligro, si era cierto que su verdadera hija había muerto, Valentina seguía siendo su hija, la amaba, la cuidó por muchos años aunque Jack siempre pretendía alejarla de ella y ahora sabía la razón.

Escuchó pasos lentos y cuidadosos, haciéndo ecos al andar. Se atrevió a alejarse de la pared de ladrillo y se asomó pegando su rostro en las rejillas frías para tener mejor visión.

-¡Ayúdenme!... Yo no puedo estar aquí. ¿DÓNDE ESTÁS JACK?-sus labios le temblaban tanto por el frío como por el miedo.

La sombra se reflejaba en aquel mugriente piso, no se atrevió a acercarse lo suficientemente como para dejarse ver por ella.

-Lo siento nena. -su voz era suave. Era la voz del traidor.

Le odió como jamás en su vida había odiado a nadie, él pagaría por todo el mal que le estaba haciendo. Cerró sus ojos con fuerza y dejó que sus manos se cerraran con mucho más fuerza en las regillas contiguas.

-Solo sácame de aquí Jack. Yo no soy culpable de nada. ¿Por qué estoy aquí?

-No pondré en peligro a Valentina. No por ti. Se que harás lo que sea por querer recuperarla y no lo permitiré. No sabes cuanto tiempo llevo en esto. Ahora se quienes son los que realmente pueden protegerla y tu no eres una de esas.

-Yo siempre he estado contigo, nunca te abandoné. Conmigo no puede estar en peligro.-una gran lagrima se derramó por su rostro.-¿Qué deseas hacer en sí, qué prefieres alejarme? - la voz le salió en un hilo ahogado, que contenía dolor, rabia y desesperación.

Jack se acercó un poco más y cruzó una cruda mirada con aquella mujer con la que una vez había formado una familia. Cuando su verdadera hija había muerto él no lo aceptó, si no que aprovechó la oferta de Jacob, tomó en sus brazos a aquella niña y la crió como su propia hija sin importar lo que fuera. Pero las cosas habían cambiado, se había acostumbrado a ser quien era, un hombre lleno de poder que le duraría poco si el anillo no aparecía.

>Pero tenía la esperanza en sus manos, Valentina <

AEDERLAN [Poder De Los Caídos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora