AEDERLAN [Poder De Los Caídos]

-CUARENTIDOS-

Cuando llego a casa me llevo un susto de muerte, consigo a Melinda limpiando las estatuas de Jack. Llevaba días sin verla.

Melinda es una mujer silenciosa, reservada y de poco reír. Papá la contrató hace mucho tiempo cuando se separó de mamá. Recuerdo que me dijo que la sacó de un bar donde trabajaba en exceso -ahora me nace la duda si se debe al Bar las siete copas-. En su momento le preguntaré.

-¿Dónde está Giselle?.-pregunto una vez que me dirijo a la nevera. Tomo una vaso con agua para luego dejar pasar dos cubitos de hielo con agua por mi garganta.

-Le ha dejado una nota. Se marchó hace un rato. -sonríe apagadamente dando a demostrar que algo no anda bien y que no desea hablar.

Melinda debe tener algunos problemas familiares, a veces la escuchaba hablando con papá para pedirle dinero prestado ya que su hijo vivía metido en problemas.

-¿Está todo bien? -ella solo asiente y se disculpa para continuar con la limpieza.

Veo la nota pegada en la puerta de la nevera con una letra toda garabateada.

La nota de mi tía dice lo siguiente:

Estoy de compras. No he podido esperarte. Lilo que pase a recogerme.

También ha dejado su número lo cual le entrego a Lilo y lo agrega al suyo.

-No contesta. -Me dice.

-Déjale un mensaje. Es raro, puede tomar un taxi hasta aqui. No va a perderse.

Creo que exagera un poco con lo de tener a Lilo cerca. Ni siquiera se ha molestado en llamarme a mi.

No tarda en responderle y Lilo pasa una mano por su mentón para luego verme.

-¿Viene conmigo?

-Ve tu. Estaré bien. Hoy a sido un día poco agradable y quiero dejar de pensar en ello. ¿Qué mejor que dormir?.

Lilo insiste en que si quiero debo ir, pero me niego. Aquí estoy segura. Decido regresar a mi habitación para llamar a Penélope con la intención de contarle todo. Guardarme las cosas no sirven de mucho. Atiende al tercer tono, antes aparece Melinda tocando a la puerta con un jugo de naranja y la comida servida.

-Gracias Melinda.

-A su orden señorita Valentina.-dice antes cerrar la puerta.

La dejo en la mesilla donde está la lámpara y converso con ella hasta contarle lo más mínimo de lo que está pasando en mi vida. El como inició todo con Adel hasta decirle quién es Azael ya que no deja de interesarle mi amigo.

Escucho una puerta abrirse qué si mal no recuerdo es la de mi padre.-cuando llegaba tarde del trabajo siempre sabía que era él por ese ruido que hacían las cerraduras. Solo las escuchaba cuando estaba en la sala tocando.-Pero estoy en mi habitación y puedo oír que están abriendo y cerrando gabinetes.