-DIECINUEVE-

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Narrado por Valentina Sellers

Miro a Gabe que parece dormir eternamente cuando le paso por un lado. Me disculpo con él aunque se que no puede oirme para luego mirar a Jacob qué está observandome.

-Vamos -alega mi ex guardespalda. Hay algo diferente en él y es que no lleva traje con el que me contumbré a verle. Ahora parece más casual y más joven. El pantalón negro se ciñe a sus piernas y la camisa empapada a su espalda, su cabello está más largo y lleva sin afeitarse unos días.

Se detiene en medio del pasillo y casi choco con él.

-Usted adelante.-pone una de sus manos en mi brazo para que avance.

-No tengo toda la noche, así que mejor darnos prisa-chilla Francis con autoridad al abrirse las puertas del ascensor.

Me pregunto por qué Jacob hace esto.

¿Por qué razón traicionaría a mi padre? ¿Realmente va a entregar a Lilo? ¿Será también un ángel?

Lo miro por el espejo y está serio como de costumbre. Su cabello negro está alborotado y tiene un golpe cerca del pómulo. Parece no sufrir de frío, ya que la camisa se pega a su pecho y no parece afectarle. Él alza la mirada y me pilla observandolo.

Miro en otra dirección. No parece ser el mismo Jacob de antes.

Salimos del ascensor y caminamos por el estacionamiento hasta llegar a una camioneta gris qué es muy parecidad a la que le robaron a papá cuando conducía una vez a San Francisco por asuntos de trabajo. Para aquel entonces estaba Sam como mi guardespalda y no Jacob.

-¿Tú la robaste?-es lo único que atrevo a preguntarle. Jacob no responde.

-Hay muchas cosas que no sabes de tu queridisimo guardespalda.- Dice Francis chocando mi hombro al pasar.

Llegamos al famoso Bar las siete copas, ese del que todos cuentan la misma historia.

Se decía que en el bar Las siete copas se encontraba uno de los siete humanos más poderosos. Aquellos qué décadas atrás habían hecho un pacto con satanás, su misión era entrar al mundo oculto de las Luces negras, y recuperar el anillo qué los debilitaba, que incluso los podía hasta matar si caía en las manos equivocadas. Seis de ellos se habían rendido rápidamente, pero hubo uno que se fijó en una de las extrañas críaturas. No pudo evitar sentir aquella conexión, así que necesitaba quedarse por más tiempo, les pidió al resto de sus compañeros que regresaran, él haría el trabajo. Nunca más supieron de él y lo dieron por muerto, hasta qué tres años después él regresó no solo con él anillo, si no con una niña en sus brazos.

AEDERLAN [Poder De Los Caídos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora