AEDERLAN [Poder De Los Caídos]

-NUEVE-{Parte 1}

Y fué lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.

Apocalipsis 12:9

Aquello lo leyó varias veces antes de irse a la cama. El cuadro con aquel texto permanecía en el pequeño pasillo donde estaba la habitación de su padre. No solo estaba ese, tambien habían muchos textos más.

Tuvo la necesidad de tomar la biblia que su padre la había obsequiado desde pequeña, pero luego de recordar las palabras de Dante, desistió de la idea de leerla y volvió a dejarla en su lugar.

Dante le había dicho que había escuchado sonar el piano y también observó cuando ella cerraba la puerta del apartamento en sus propias narices. Eso la tenía aturdida, era imposible, ella no vió a nadie en el pasillo, por eso cerró la puerta.

Pero para Dante solo habían pasado escasos minutos. Y en conclusión supo que ella no podía cerrar la puerta y tocar a su vez, alguien más lo estaba haciendo.

Por eso le creyó cada palabra de lo que decía. Debía prestar más atención a cada uno de sus pasos, a sus movimientos. Por alguna razón había sido contratado por Jack. Encontraría a ese intruso. Eran las ordenes de su jefe.

Terminó por fumarse el cigarrillo en el balcón mientras contemplaba la ciudad, si el intruso volvía ya no lo haría por el balcón. Él debía protegerla.

Lilo no tardó en aparecer a su lado y comentó:

-¿Crees que vuelva?

-Mientras esté aquí no lo hará. Ésta es la única entrada que tiene por ahora y voy a impedirsela.

-Creo que lo más sensato es idear un plan.

Dante se giró hacia su compañero y sonrió con malicia.

-Ya tengo uno.

*

El avión en dónde iban los padres de Valentina estaba hasta el tope. No había ni un asiento más. Ya estaba por despegar cuando a última hora mandaron a todos a bajar de aquel avión. Le encontraron una falla que los libró de una muerte segura.

Aquello le pareció muy extraño a Jack y se arrepintió de no haber tomado un vuelo privado desde Óregon.

Eran las nueve de la noche cuando al fin tomaron otro vuelo. Muchos decidieron no viajar ese día, pero Jack y su esposa Jane tuvieron que hacerlo. Tenían trabajo que hacer y no podían tardarse en llegar a aquella reunión que era de suma importancia. No sabía porque los habían citado a ambos, eso le parecía un poco extraño, pero de todas formas no tenía más opción que asistir si no quería ser despedido de su cargo.

Jane quien se sentó a su lado otra vez, miró fijamente a aquel hombre del cual se había enamorado muchos años atrás, que le llevaba muchos años de diferencia, que con el tiempo había cambiado, tanto su forma de ser como fisicamente, pero que para ella seguía siendo el mismo. Él estaba allí tan concentrado en uno de los libros que nunca dejaría de leer.