-VEINTITRES-

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Un olor a pollo frito se apodera de mi fosas nasales. Ese olor me alborota el hambre. Abro los ojos y me doy cuenta qué estoy en mi habitación.

-Adel...-Es lo primero que me llega a la cabeza al recordar su rostro antes de marcharse de la habitación en la que nos encontrabamos horas tras, a esos ojos color café qué me miraban de una manera que jamás nadie lo había hecho. Me pregunto como abré regresado a casa, porque realmente no recuerdo nada más luego de eso. No se que habrá pasado con él y Lilo, con Francis y Mica.

La puerta de mi habitación esta abierta, afuera se escucha la radio encendida, una canción de los años ochenta se escucha apenas. Aparte del olor a pollo, puedo percibir olores a especies aromáticas.

Me llevo una mano a la nariz. Mi tía está aquí.
Me levanto de la cama y hasta la pijama tengo puesta.

-¡Santo cielo! Espero no haya sido él. -de solo pensarlo la piel se me pone roja al verme en el espejo qué está en la pared.

Realmente quisiera recordar que pasó luego. Debo preguntarle a Adel ó no se si deba hacerlo.

La puerta se abre de golpe y es mi tía quién aparece con sus brazos cruzados, con una mirada alegre, con una sonrisa tan perfecta qué podía decir que es real, pero la conozco lo suficiente para saber que está fingiendo. Ella es perfecta solo por fuera, su físico jamás cambia, puede see la debilidad de cualquier chico, podrá tener pasado los treinta, pero mantiene ese mismo rostro de unos veinte y cinco desde la primera vez que la vi. Ahora su cabello es rojo cereza y aunque está liso, las ondas no le faltan en las puntas de su larga cabellera que se pierde debajo de sus anchas caderas.

»Debería dejarselo tan corto como lo había hecho con él mio«

Si Francis estuviera aquí, la amiga que pensaba que tenía, ya me hubiede ayudado a llevar a cabo un plan.

Mi tía es tan pálida que me recuerda a los vampiros ( qué si mal no recuerdo) así los llamó Jacob anoche.

Bueno ahora recuerdo que no era Jacob, si no Dante. Todo fué una locura, pero en medio de esa locura vi al hombre qué atrapó mis pensamientos y más que eso por completo mi corazón. Es algo aún increible como mis emociones se modtraron ante él.

-Venía a levantarte. Ya desearía saber qué estabas haciendo anoche. -camina como modelo hasta llegar hasta mi. Sus tacones hacen la diferencia de tamaño, ella de inclina y me abraza muy fuerte. Huele a incienso, a cigarrillos mezclados con olor a pollo y un perfurme qué de seguro compró en París.

-Solo divertirme un poco con mis pocos amigos.

-Ya lo se. Tu guardespalda me lo ha dicho. Supongo que Jack tambien lo sabe.

-¿Mi qué?

Mi tía alza una ceja y se cruza de brazos nuevamente.

- Tu padre. ¿Acaso hay otro Jack?

-Hablo del guardespalda.

-¡Ah! Si. Ese tal Lilo. Él único que queda por ahora. Te espero afuera, preparate para comer.

-¿El único?

Mi tía se detiene en la puerta.

-Si. Él único. Ya me enteré que despidieron a Jacob. También supe de Dante.

AEDERLAN [Poder De Los Caídos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora