-VEINTIDOS-

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»Dicen que: Lo que es bello por fuera, es malvado por dentro«

Su extraña belleza me atrapa, no necesito estar cerca para darme cuenta qué, mi corazón por primera vez hace un reclamo con urgencia. Él está ahí mostrando lo que es, no solo belleza, si no maldad. Esa clase de maldad que logra enloquecer a todas aquellas mujeres que estan apostando por él. Por un demonio que deseo con toda mi alma que sea mío, sin importar la diferencia de edad que tal vez pueda alejarlo de mi.

¡Jamás me imaginé pensar en alguien de esa manera, pero está sucediendome!

Adel lleva una espada plateada en la mano y se la clava en el pecho del otro que lucha por su vida. Adel aprieta los labios tras aquella barba que cubre sus mejillas. Parece gozar y disfrutar de lo que hace. Su cuerpo está sudado y lleno de sangre al rededor del pantalón que se ciñe a su cuerpo.

El contrincante se retuerce de dolor y cae de rodillas al suelo, pero con su mano derecha en alto ya que continúa atada a las cadenas. Sus ojos comienza a cerrarse y sangre se desparrama por el suelo qué está lleno de agua, se tiñe todo de rojo tan pronto el hombre deja de moverse.

¿Cómo puede hace algo así?

Adel deja caer la espada y mira solo un breve instante al cuerpo que está a poca distancia de él.

Todos gritan su nombre, las mujeres quieren enloquecer.

-¡Espero un día pueda hacerte mío!-grita una mujer ebria justo a mi lado-mío, mío, mío.

Me alejo de ella y comienzo a eliminar los pasos qué me distancian de Adel. Quiero verle de cerca, que sepa que estoy aquí, que si existe una manera de verle.

Alguien mucho más alto que él, con capucha y túnica se acerca a Adel y quita el grillete. Por un momento pienso que talvez si lo obligan a pelear, su rostro no muestra expresión alguna.

-¡Aquí está nuestro ganador otra vez!-el hombre delgado que no habla a ningún parlante como pensaba le susurra algo al oído a Adel.

Él solo mira su muñeca de dónde han quitado el grillete, para luego mirar a las personas, observarlas, detallarlas, está serio, con su ceño fruncido. Es como si odiara a cada uno de ellos, no mira a nadie en prticular.

La gente comienza a dispersarse, entonces recuerdo que Jacob está buscandome. Así que lo mejor es correr hacia él antes de que me encuentren.

Camino a toda prisa mirando a los lados, pero no veo a Jacob por ninguna parte.

Adel se da la espalda y camina hacia mano derecha, ahora son dos personas con túnicas que le acompañan a cada lado, van a toda prisa. Así que corro detrás de él. Es muy alto, podría decir que casi mide los dos metros. Su cabeza sobre sale de las demás.

-Allí está-es la voz de Mica la que escucho. Miro en dirección de donde proviene la voz y está a solo unos pasos de mi, pero algunos se interponen en su camino. Todos se dirigen a las barras a cobrar quizá su dinero.

Miro a las extrañas criaturas encorbadas que tengo delante de mi, que aúnque llevan ropas elegantes, pierden el encanto al notar sus huesos marcarse. Parecen esqueletos.

Hay mucho alboroto, no sería facil alcanzarle, y menos pidiendole pasos a los huesos andantes. Así que no me queda más que gritar su nombre.

-¡Adel, detente!-grito con todas mis fuerzas. Parece oírme porque se detiene y busca de donde viene la voz.-Estoy aquí. Soy Valentina. -alzo mi mano en medio de los demás.

AEDERLAN [Poder De Los Caídos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora