AEDERLAN [Poder De Los Caídos]

-TREINTINUEVE-

Son las diez de la noche cuando dejo de revisar mi Facebook. Adel no tiene Facebook ni Lilo, pero si Dustin Weigel. Le envié una solicitud de amistad y entre sus amigos encontré a alguien que no esperaba, Dante. No sabía que se conocieran. Me metí en su perfil y solo pude ver su foto actualizada de hace un mes, para mi sorpresa sale abrazado con Mica. Algo que no esperaba.

Dejo el teléfono sobre la mesa. Antes me he dado una ducha y he lavado mi cabello. Me asomo a la ventana y solo escucho las gotitas al rozar esta.

Pongo suficientes almohadas amontonadas en la cama para recostarme porque no quiero dormir. Lilo me ha dicho que Adel se pondría en contacto conmigo y esperaré solo un poco más.

También me aterra la idea de que otra persona como el motociclista de hace unas horas aparezca para lastimarme.

La cabeza me da vueltas de tanto pensar en Adel quién no apareció en ningún momento en el bowling y en su lugar estuvo Dustin para salvarme de una muerte segura. Mi tía insistió que acompañaramos a Lilo al hospital quien se negó saliendo por la puerta y tras él mi tía. Para cuando subimos al carro ya la bala había desaparecido de su cuerpo, dejando a mi tía totalmente sorprendida.

Le contamos toda la historia de lo que es Lilo y su amigo Adel.

Me levanto de la cama fastidiada y salgo al pasillo que da al cuarto de mi padre. Tiene que haber una manera de abrir ésta habitación. Giro la manilla varias veces pero esta no abre. Tiene que haber alguna llave en algún sitio. Si tan sólo entrase allí puede que consiga las respuestas de como encontrar a mi hermano, de como liberar a Adel de sus garras, de saber todo lo que esconde allí dentro.

Regreso a mi habitación derrotada, mañana luego de clases buscaré a un cerrajero ó los planos de este edificio. Algo me inventaré para conseguir entrar allí.

El cansancio puede más que yo y me quedo dormida.

Me despierto de pronto en medio de oscuridad, sin poder ver nada como en el bowling, solo que a diferencia de aquel lugar sigo en la cama con almohadas a mi alrededor, hace mucho frío ❄ tanto que mis labios comienzan a temblarme, por más que intento arroparme con la cobija, ésta se siente más helada cerca de mi piel.

—¿Hola? ¿Tía estás ahí? ¿Lilo? —mis voz en un millar de ecos, hasta que alguien con una voz tranquila me responde.

—No deberías estar aquí. Éstas poniendo en riesgo tu vida como yo lo hice. Olvida esto Valentina, solo olvida esto.

—Her...hermano... ¿Eres tú? —me quito la cobija y me salgo de la cama, al principio parece que toco el piso de mi habitación , pero luego este comienza a convertirse en agua, tan helada que siento mis pies dormirse.