-DIECISEIS-

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La sangre comenzaba a expandirse en el piso. A Valentina le temblaban las manos. Todo se había salido de control de la manera menos inesperada.

—¡Está muerto¡—gritó horrorizada, llevandose ambas manos a su cabeza.—¿Cómo se le explica esto a la policía?—Miró al techo pero ya no podía ver a travez de el. —Debo buscar a Francis.

Adel se interpuso delante de ella.

—Calmate pequeña. Todo aquí tiene solución.

—¿¡Solución!? ¿eso te parece? Mira lo que acaba de ocurrir...

—Eso no ha sido nada. He visto cosas peores. —dijo con tranquilidad.

—¡Peores¡ ¿Es un chiste?

Valentina no podía creer con la tranquilidad que hablaba Adel. No era cualquier cosa lo que estaba pasando, había un muerto en su apartamento, y todo gracias a una fiesta que no estaba autorizada por su padre. Las manos le temblaban, sus ojos estaban brillosos a punto de estallar en llanto.

—¡Oh! ¡carajo! —dijo una voz tras Valentina, una voz que ella reconocía muy bien.

Se giró lentamente asustada, la vos venía del balcón. Era Lilo quien estaba a poca distancia.

—¡Santo cielos!—chilló—¿Que diablos esta pasando? —se preguntó al ver el cuerpo de Lilo extendido, pero su cuerpo tambien estaba afuera ó su espiritu. Comenzó a retroceder, aquello estaba mal, la estaba volviendo loca.

—¿ Señorita Val...puede usted verme?—preguntó Lilo quién comenzó a acercarse hasta dónde estaba ella. Llevaba aún el traje negro y su corbata morada que siempre usaba, su cabello castaño echado hacia un lado y no había ni rastro de estar bromeando. Parecía haber cambiado en absoluto.

—¡No te me acerques! ¿qué cosa eres?¡Estas muerto!—Valentina sin darse cuenta chocó con Adel de quien rapidamente también se alejó. No sabía como simplemente no había pasado a travez de él ya que era una sombra.

No estaba en un mundo sobrenatural, si no en uno de locos. Quizá estaba en el manicomio y hasta ahora se había inventado todo aquello.

—Te lo dije pequeña. Hay muchas cosas que tu padre estuvo ocultandote, pero ya no puede ocultarlo más de ti. —respondió Adel acercándose hasta Lilo.

—No soy una cosa señorita Val... Soy un demonio igual que Adel. Cuidaba de usted hasta que ...—Lilo se giró a mirar el cuerpo que seguía en el balcón—Su amiga decidió acabar con ese pobre cuerpo que tanto me gustaba.—rió de medio lado.

Valentina estaba perpleja, atónita, con la boca abierta, sin palabras, jamás pensó  encontrarse con algo así, fuera de la realidad, algo absurdo, imposible para ella.

—Creo que lo mejor es irme a la cama.—tragó saliva y comenzó a retroceder lentamente. Estaba mintiendo, debía buscar la policía, ó tal vez llamar a su padre. No estaba siendo protegida por nadie en ese momento. No tenía cabeza para pensar con claridad.

—¡No, no, señorita Valentina!—exclamó Lilo caminando hacía donde estaba ella. No tardó en notar que ella estaba realmente en shock y si él seguía acercándose a ella le podía dar un infarto. —Lo siento, me quedaré aquí, pero no puede marcharse. Primero hay que quitar el cuerpo de aquí y no dejar rastros.

—Siem...siempre me llamabas señorita Seller al igual que...

—Si, pero ahora será solo Val, como siempre desee hacerlo.—Valentina solo los observaba—Ayudame amigo, no podemos dejarla aquí con este desastre, hay que quitar el cuerpo.—pidió Lilo.

—¿Y Jacob?—no pudo evitar preguntar.—¿Tambien es igual que tú?¿dónde está?

—¿Jacob? Él si logró librarse a tiempo de este lugar. Se fué muy lejos.—comentó observando las paredes a su alrededor— Y no, no es igual a nosotros, por esa razón fué despedido.

AEDERLAN [Poder De Los Caídos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora