『Si estuvieras en...』

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Serías muy sobreprotegida por cada uno de los chicos, incluso a veces se echan la culpa por errores que tú cometes aunque odies que lo hagan.

[…]

— ¿Qué se supone que esto? —gritó a quien reconocí como el mánager para luego apretar los ojos ante el estruendo de la puerta siendo azotada con muchísima fuerza. Estoy muerta, es definitivo—. Los quiero a todos aquí, ¡ahora!

Salí de las sábanas y me puse un abrigo que encontré sobre el escritorio pues solo vestía ropa interior y una falda. Al salir
al pasillo vi a Youngbae y Jiyong salir de sus respectivas habitaciones ambos luciendo como si un tractor les hubiese
pasado por encima. ¿En qué momento pensé que hacer una fiesta sería buena idea?

Los tres caminamos hasta la sala seguidos de Daesung quien estaba dormido tirado en frente de la puerta de su habitación. En la sala estaban ambos Seunghyuns ya frente al hombre que parecía echar humo por los oídos.

Cuando los seis estuvimos frente a él en una fila, respiró hondo como si estuviera calmándose aunque nosotros sabíamos que solo se preparaba para pelear.

— ¿Se puede saber qué diablos sucedió aquí? ¿Acaso ya olvidaron que no pueden hacer fiestas aquí? —Preguntó
caminando de un lado a otro como si estuviera regañando a unos niños pequeños—. Díganme quien fue, justo ahora.

Pero cuando iba a abrir la boca para responsabilizarme, Seunghyun habló.

—Fui yo. Además no fue una gran fiesta, solo unas cuantas personas.

—No me interesa cuantas personas fueron, lo único que debería importarle, señor Choi es que le contare de esta fiestecita al CEO y veremos que opina él.

Tuvimos que escucharlo discutir por al menos quince minutos hasta que se cansó y se fue luego de decir que teníamos que limpiar todo antes del medio día si no queríamos que descontaran algo de nuestro sueldo.

— ¿Por qué le dijiste que fuiste tú? —Le grité a Top una vez que la puerta estuvo cerrada— No soy una niña, puedo encargarme de mis responsabilidades.

—Oh, solo cállate. Tú nunca te has metido en problemas, ya los problemas no me afectan.

No pude seguir hablando porque literalmente me dejó hablando sola para ponerse a limpiar, pero ellos más que nadie saben que una vez que me hacen discutir no pueden dejarme así sin más.

—Nunca jamás vuelvas a echarte la culpa por algo que yo hago, ¿me oíste? —inquirí alzando la voz para que dejara de
ignorarme.

—Te escucho perfectamente, otra cosa muy diferente es que te haga caso —dijo ganándose una carcajada del menor del grupo. Entonces se giró para encararme cosa que hizo que los demás dejaran lo que hacían para ver mejor la discusión—. ¿Qué vas a hacerme si lo hago? ¿Me golpearás, pequeña?

—Pequeña la que te voy a golpear si vuelves a hacerlo.