『Si estuvieras en...』

somi

Desde que estuviste en Sixteen te habrías hecho muy cercana a Somi siendo tu única amiga de casi tu edad.

[…]

Estabas tan abrigada como el resto de las personas que se aventuraron a salir a las calles del centro de Seúl en pleno invierno. Amabas esta estación pues era el único momento en que podías estar cubierta hasta las orejas sin lucir extraña además de que al ser tarde y que no había tanta luz no te reconocían fácilmente. La combinación perfecta.

No sentías la mayor parte de tu cuerpo por estar tan cubierta, solo sentías tu mano ser sostenida por la otra. Acto que durante el día seria mal visto por las personas mayores tradicionales y mentes cerradas: dos chicas tomadas de la mano no se vería bien. Solo lo hacían por mera seguridad, había demasiada gente en las calles y lo último que alguna de las dos quería era llamar al CEO diciendo que la otra se perdió.

—Ya estamos cerca —anunció haciendo que giraras a mirarla sin entender porque reía y le preguntaste la razón—. Veo que respiras muy seguido, pensé que una bailarina como tú tendría más resistencia.

—No estoy cansada, respiro mucho para ver el humo. Mira —confesaste soltando un respiro viendo como una pequeña nube
blanquecina salía de tu boca.

Las dos rieron ante tus ocurrencias, y entonces se detuvieron esperando al igual que veinte personas más esperando que la luz cambiara para cruzar la ancha calle. No podías evitar sentirte algo paranoica entre tantas personas cuando intentas pasar desapercibida, tanto que cuando unas chicas frente a ustedes giraron para verte volteaste la mirada hacia abajo subiendo la máscara que habías dejado en tu barbilla hasta que cubría medio rostro.

Si tu memoria no fallaba de cuando viste la ruta en su celular cuando te mostró donde estaba el restaurante no debían estar tan lejos.

No te había dicho nada, solo había comentado que tu corazón otaku explotaría en ese lugar.Con ese pensamiento empezaste a imaginarme a qué clase de lugar podría llevarte, habías ido a muchísimos lugares con temáticas animes y de cultura japonesa por no contar los muchos restaurantes japoneses a los que habías ido para comer un buen sushi o a decir verdad cualquier comida. Estabas ansiosa de ver este nuevo lugar.

[…]

Miraste a Somi cuando ambas estuvieron frente al lugar, este no contaba con ventanas y suspiraste pues menos ventanas significaban más privacidad. Un jalón en tu mano te trajo de vuelta a la realidad, te habías quedado mucho tiempo mirando la fachada y viendo cada pequeño detalle.

Cuando empujó la puerta el interior se hizo presente para ambas y las dos no pudieron evitar dejar salir una pequeña exclamación por la diferencia gigantesca entre el exterior y el interior. Pero no pudieron apreciar por tanto tiempo los brillantes pisos de madera o los
candeleros de cristal.

— ¿Me permiten sus abrigos, my ladies? —una voz suave y cálida nos hizo girar para encontrarnos con un chico vestido con un traje
algo antiguo y el cabello levemente largo, negro y liso.

Los dos se quitaron casi robóticamente las chaquetas de gamuza mirándose entre sí, ella tampoco sabría que esperar pues solo había visto este lugar por internet.

Por otro lado estabas tú que mordías tu lengua para no ponerte a gritar de la emoción, el lugar estaba lleno de chicos idénticos a los vampiros y mayordomos de los mangas que leías.

—Yo las llevaré a su mesa, my ladies —dijo un rubio cuando el otro se llevó nuestras chaquetas—. Por favor, acompáñenme.

Las dos intentaban mantenerse calmadas mientras caminaban detrás de él, tenían las manos agarradas principalmente para apretarla y sacudirlas de vez en cuando más que todo cuando caminaban entre las mesas y algún otro chico se inclinaba ante ustedes. Tenía razón en lo que dijo, tu corazón estaba a punto de explotar.

Por esto amabas salir con ella, puede que disfrutaras con el alma vivir y salir con los chicos, pero ciertamente a veces necesitabas un poco de contacto femenino en tu vida y que mejor que la loca y aventurera de Somi.