Capítulo 16.

24.8K 2K 238
                                    

Capítulo 16

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Capítulo 16.

(Sam). 

Por alguna razón, dormí muy bien a pesar de que había llegado al otro día en la mañana. Después del drama que me montó la pobretona, no pude dormir más que feliz. Realmente, me sentía muy complacido por lo que logré con ella. Buscar una estúpida excusa para volver a joderla resultó más que bien aunque mi padre casi nos pillaba.

Héctor, como siempre, se había ido a una de las habitaciones para invitados a pasar su borrachera. Cuando entramos a la casa no hablamos más, pues ambos nos sentíamos exhaustos después de una noche más que divertida. Y eso que ni siquiera tuve nada de sexo. Tenía que admitir que me resultó muy interesante, a pesar de que la respondona estaba buenísima y deseable. Y es que no solo era hermosa. Su estúpida actitud me causaba un frenesí potente que me incitaba cada vez más.

Eran casi la 1:00 de la tarde cuando todavía seguía en mi espaciosa y cómoda cama. Aunque llevaba despierto hacía más de un rato, me limité a colocar los auriculares en mis oídos desde mi iPhone para escuchar una de mis playlist. Me revolví el pelo más que desordenado cuando recreé los besos que tuve con Samanta.

—Sam —mi madre entró en mi habitación mientras sus tacones resonaban con insistencia—. Hijo, baja a comer algo. ¿Hoy no tenías qué entrenar? —me preguntó al referirse a mis prácticas de atletismo ya que la universidad más cercana de mi hogar ofrecía becas suplementarias para los deportistas.

Aunque estudié en una de las mejores universidades en el área de la arquitectura, continuaría con mi maestría en otra institución más cercana de mi casa. Cierto era que el lugar de estudios era para pobres becados y para los hijos de familias de poder que podían costearlo, pero a última instancia eso me daba igual. Cuando solicité, estuvieron muy interesados en mi historial como deportista ya que había ganado varias medallas de oro, plata y bronce para la universidad anterior. Quizá por eso el cigarro de momento no me jodía la salud como bien yo era consciente, porque era muy consistente con mis entrenamientos y comía saludable todo el tiempo.

—Sí, en un rato —le afirmé a mi madre.

—¿Cuándo comenzarás a realizar tu maestría? —mi madre se cruzó de brazos llena de curiosidad. Ella sabía que yo continuaría estudiando, más no le había dado muchos detalles.

—La próxima semana —le informé.

—Me alegra que hayas tomado esa decisión, bebé —me sonrió muy convincente. Y es que realmente la hacía feliz el hecho de que yo continuara con mis estudios.

Puse los ojos en blanco cuando escuché la palabra: "bebé". Últimamente, después de que la pobretona me insultara de distintas maneras, detestaba que me mimaran tanto.

—Ma', algún día tendrás que dejar de decirme así.

—¿¡De qué estás hablando!? —caminó con reticencia hacia las ventanas, abriéndolas de sopetón—. ¡Eres mi bebé! ¡Eso no lo dudes!

El Segundo Amor ©️ (¡Completa!) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora