Capítulo 69.

20.4K 1.8K 440
                                    

Romantics - Tove Lo, Daye Jack ♪

♪ Romantics - Tove Lo, Daye Jack ♪

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Capítulo 69.

(Samanta).

Lo que veía me parecía un sueño y me costaba asimilar que no lo era. Ni siquiera me había dado cuenta de que permanecía con la boca abierta ante las vistas. Parpadeé repetidas veces y negué con la cabeza. Luego miré a Sam, buscando una explicación.

—¿Qué te parece? —se rascó la nuca un poco nervioso.

—Esto... —ni siquiera encontraba las palabras ideales para expresar mi sorpresa—. ¿¡Esto lo has preparado tú!? —volví a mirar el camino lleno de velas hasta la orilla de la playa.

—Fue idea mía —carraspeó—. Lo hicieron para ti porque yo lo ordené —parecía ruborizado—. Pero todo ha sido idea mía —me confesó.

—Bueno, no sirves para ser celoso, pero al menos lo estás intentando con esta pendejada —le comentó Héctor con normalidad.

—En este momento no me estás ayudando, perro —masculló el Dragón.

Héctor soltó una sonora carcajada y palmeó el hombro de Sam, guiñándole el ojo.

—Yo los dejaré solos —nos avisó y sujetó la mano de Liz, alejándose de nosotros.

Estaba tan conmocionada que ni siquiera podía dejar de observar el camino decorado y lleno de velas. Todo parecía como un cuento de hadas. Nadie jamás me había hecho un detalle como aquel. Sin embargo, cuando realmente reaccioné de verdad, elevé mis manos y cubrí mi boca por algunos instantes. Luego miré a Sam, ya que no podía creer que se había tomado tantas molestias para hacer algo como aquello por mí.

—¿Y bien? —enarcó las cejas—. ¿Te gusta?

—¿¡Qué si me gusta!? —chillé impresionada y miré de reojo como algunos empleados nos rodeaban a una distancia considerable, como si estuviesen esperando órdenes de Sam—. ¡Es hermoso, Dragón! —resalté—. ¡Ni siquiera pensé que podría estar aquí, apreciando este lugar! ¡Me siento como si estuviera en una novela o algo así!

—Técnicamente, lo estás —me aclaró con suficiencia, refiriéndose a la novela que yo leía últimamente.

El hecho de que Sam haya estado pendiente e interesado en mis gustos era lo que más me impresionaba. Yo era una lectora empedernida y la novela que Liz me había recomendado una vez se convirtió en una de mis preferidas. Me había ayudado a despejar la mente, a enamorarme nuevamente de la vida después de que Tomás y yo lo dejamos por sus asuntos convenientes. Sin embargo, en el momento me encontraba justo en uno de los lugares que recreé en mi mente gracias a aquellas páginas.

—Me parece un detalle espectacular y único —le dije con sinceridad cuando intenté recuperarme de la impresión—. Gracias, Dragón —me ruboricé al decirlo, pero aquellas palabras eran muy reales.

El Segundo Amor ©️ (¡Completa!) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora