Capítulo 54.

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Capítulo 54

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Capítulo 54.

(Sam).

En otra ocasión diría que me fumaría un cigarro y listo. Pero no en el momento. No en uno donde me sentía en las jodidas nubes. Ni siquiera quería molestarme en salir de mi estado mental al fumar desde el vaporizador exclusivo que yo tenía y usaba para las fiestas o cuando realmente sentía ganas de usarlo.

Era tarde —casi medianoche, para ser exacto—. Los chicos invadían mi habitación como siempre. Iván, Xander y Ángel —quien hacía un rato me había metido en problemas con el tema de la hierba—, jugaban en el PlayStation.

Ya ni siquiera me sentía molesto con él, pues gracias a su estupidez había tenido uno de los momentos más jodidos e increíbles con una chica. Y no con cualquiera; sino con Samanta, mi dragona.

Héctor, sin embargo, estaba recostado a mi lado, apoyando la espalda sobre el cabezal de mi cama mientras veía una de sus tantas revistas pornográficas. Estaba más contento de lo normal, ya que yo me sentía de buen humor a pesar de la situación. Además de que la habitación estaba inundada por el denso humo de nuestros vaporizadores.

—Oye, Dragón... —Héctor apartó la vista de su revista pornográfica e inhaló el humo de su vaporizador—. ¿Qué puñeta te pasa? Llevas toda la jodida tarde con una sonrisa de oreja a oreja.

—Y yo te vuelvo a repetir por enésima vez que no me pasa nada, cabrón —me encogí de hombros muy sonriente y coloqué los audífonos en mis oídos al escuchar música desde mi teléfono.

—Mierda, pues no te creo —insistió con cierta gracia al verme tan contento.

Rodé los ojos e intenté ignorarlo al mirar el playlist en mi teléfono.

—Hasta estás fumando desde el vaporizador que solo usas en celebraciones y esas mierdas —Héctor enarcó las cejas. Al parecer, no quería darse por vencido.

—Ahora resulta que no puedo usar mis cosas cuando me da la real gana —bufé—. Increíble...

—Pero qué casualidad que nunca te da la real gana en otra ocasión y sí en esta donde estuviste un buen rato a solas con Samy —movió las cejas repetidas veces y me examinó de arriba hacia abajo desde su posición—. Mírate, Dragón... Pareces una pasada virgen desvirgada —se rio—. No me imagino cuando realmente estés con ella —exhaló el humo con despreocupación mientras me miraba con suma diversión.

No pude evitar pensar en el último beso que nos dimos cuando me despedí de ella...

🪶

—¿Te sientes bien? —le pregunté cuando le presté ropa nueva antes de que volviera a su casa. No quería enviarla toda descuidada después de cómo ella se había entregado a mí.

—Claro que estoy bien —me gruñó cuando coloqué la capucha de mi abrigo sobre su cabeza. Ni siquiera lo había usado antes y ya se lo había dado a ella—. Creo que estás exagerando, Sam —me dijo cuando colocó sus manos sobre las mías.

El Segundo Amor ©️ (¡Completa!) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora