Capítulo 67.

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Unforgettable - French Montana feat. Swae Lee ♪

Capítulo 67

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Capítulo 67.

(Samanta).

Tuve que poner los ojos en blanco una vez más al presenciar como el Dragón le hablaba a uno de lo guardaespaldas que no me había dejado acceder a la zona VIP al inicio.

—¡Más te vale que me des una explicación exacta de porqué mierda no la dejaste pasar cuando fui lo suficientemente claro! —el Dragón continuaba reclamándole.

—Lo que sucedió fue que... —el guardaespaldas ni siquiera podía articular palabras—. ¡Por favor, no me bote! ¡No me despida de mi trabajo! —tragó saliva.

—¡Habla de una jodida vez! —el Dragón agarró la tela de su camisa desde su cuello—. ¡Te he dicho que hables!

—No volverá a pasar, Dragón —el otro guardaespaldas se disculpó de antemano—. Lo que pasó fue que la señora Rebeca nos había dado órdenes.

El Dragón parecía bastante sorprendido. Estábamos en el primer piso del «Night Dragon», justo donde se ubicaban las escaleras. Sin embargo, eso no impidió que Sam actuara muy enfurecido por la situación. Yo intentaba restarle importancia al asunto, pero no estaba funcionando, ya que por más que le decía que se olvidara de lo sucedido, continuaba insistiendo. Las personas a nuestro alrededor observaban el nuevo espectáculo con normalidad y como si vivieran todo el tiempo los dramas del pub.

—Sam, por favor... —coloqué mi mano sobre su hombro, pero este solo se encargaba de mirar fijamente al hombre que mantenía la mirada baja—. Al parecer, solo fue un malentendido...

—¡No me interesa si fue un malentendido! —me aseguró mientras agitaba al hombre al agarrarlo con más fuerza—. ¡Lo único que me importa saber es porqué carajo siguieron su orden cuando yo les di una primero!

—Es que cuando la señora Rebeca nos dio órdenes, nos aseguró que las mismas eran bajo tu consentimiento, Dragón —le aseguró el otro guardaespaldas, quien estaba igual de aterrado que el afectado.

El Dragón se quedó inmóvil al tratar de asimilar las palabras de aquel guardaespaldas. Aunque se mantuvo en silencio por algunos segundos, no dejaba de apretar la tela de la camisa del tipo que miraba a Sam como si fuese el mismísimo demonio. Yo ni siquiera tenía idea del respeto tan aterrador que normalmente le mostraban, pero cada vez que surgía una situación a su lado, conocía más sobre él.

Cuando el Dragón giró un poco la cabeza para mirar al guardaespaldas que intentaba abogar por el afectado, el tipo bajó la cabeza apesar de que parecía muy rudo.

—¿Estás seguro de lo que dices? —la pregunta de Sam fue como un comentario irónico—. Bueno, de ahora en adelante solo obedecerán órdenes directas de mí y de Héctor —soltó al guardaespaldas, como si nada hubiese pasado—. Supongo que son malos entendidos... —su voz se dulcificó, lo que causó que yo me quedara con la boca abierta.

El Segundo Amor ©️ (¡Completa!) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora