Capítulo 13.

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Hold On, We're Going Home - Drake feat. Majid Jordan ♪

 Majid Jordan ♪

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Capítulo 13.

(Samanta).

Después del baile que Liz y yo tuvimos con los chicos que no conocíamos —que no eran tan desconocidos para mí—, volvimos a sentarnos junto a la cantina. La verdad era que si no hubiese sido por el aroma tan suave y exquisito que impregnaba el tal Sam, no hubiera terminado de creerme que era él mismo con quien había discutido en varias ocasiones. Sus ojos azules con su tierna cara de chico bueno podían engañar a cualquiera.

Sin embargo, aproveché la oportunidad para saber las intenciones de su acercamiento hacia mí después de que realmente lo traté de mala manera por su forma tan arrogante y petulante de ser. Cuando me di cuenta de que solo quería echarme en cara que él me podría gustar y que se podía aprovechar de mí, le seguí el juego.

Aunque no podía evitar pensar en lo bien que besaba. Todavía sentía sus labios carnosos y tibios sobre los míos. Cuando me besó al simular gusto, pude comprobar por completo que era el mismo creído que me había salpicado en la calle de la urbanización, con quien también había tenido otra guerra de palabras antes de asistir al Night Dragon. La mezcla de sabores a menta, alcohol y nicotina, eran mi prueba final para confirmar lo que ya veía evidente en un principio.

Liz no paró de contarme cómo disfrutó con el chico rubio que tenía una gorra puesta. Me había dicho que era muy guapo y que era divertido. Sin embargo, tuve que asimilar que no solo le cayó bien, sino que habían intercambiado números telefónicos para cuando volvieramos al Night Dragon —si es que volvíamos después del papelón que el dueño del local y yo hicimos—. Estaba a punto de contarle los detalles para que entendiera la situación ya que quizá así ella dejaría de parlotear tantas maravillas sobre el amigo de Sam.

—Liz, cuando quieras, pero solo cuando lo desees, puedes dejar de hablar tantas maravillas sobre el mejor amigo del hijo de los jefes de mi madre —fui sarcástica al comenzar a confesarle los detalles.

—¿¡Qué!? —ella negó con la cabeza cuando le dio un sorbo a su trago y lo colocó con cierta brusquedad sobre la cantina—. ¿¡De qué estás hablando!?

—Hablo de que el chico con quien tenías un baile más que sensual es amigo Sam, el hijo de los jefes de mi madre.

—¿¡De verdad!? —aunque Liz siempre me creía, parecía incrédula.

—Sí. Además, es el dueño de esto aquí. Así que supongo que su amigo tiene mucha influencia en este lugar. Ten cuidado. Son unos riquitos de mierda.

—¿¡Es amigo del Dragón!?

Asentí e hice un gesto de disgusto al escuchar ese apodo. Los ojos azules de ese engreído vinieron a mi mente y luego volví a recrear los besos en aquel rincón oscuro donde me arrinconó.

El Segundo Amor ©️ (¡Completa!) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora