⚠️ Contenido explícito ⚠️
No necesitaba más.
Tomé a Zara por la nuca y atraje su boca hacia la mía. Me dejé llevar por su aroma y su sabor. Zara me devolvió el beso con intensidad y sus manos en mis muñecas me soltaron y se dirigieron a mi mandíbula. Zara posó sus dedos índices y sus pulgares delicadamente alrededor de mi mentón y me besó con lengua, profundizando el beso.
Zara a estas alturas estaba sentada en mi estómago, con todo su cuerpo concentrándose en mi boca, como si quisiera quitarme el alma a través de ella y quedársela para siempre.
No lo necesitaba, ya lo había hecho.
Me incorpore, aún besándola y llevé mis manos hacia sus muslos. Dios, eran tan suaves. Acaricié sus piernas despacio mientras ella me besaba y movía su cadera contra la mía lentamente.
Cuando mis manos llegaron a su trastero, lo apreté y pegué su vientre contra el mío. Zara separó su boca de la mía y jadeó. Aproveché el momento y comencé a besarle el cuello mientras jugaba con su trasero.
Solo se oían los suspiros de Zara, mis besos contra su cuello y el sonido de mis manos deslizándose por su piel.
Comencé a subir por su cuello y luego besé su mandíbula hasta que llegué a su lóbulo izquierdo. Tiré de él suavemente y Zara jadeó sonoramente.
-Liza- dijo en un suspiro. Su voz de esa manera me produjo un cosquilleo entre mis piernas, no podía soportarlo más.
La empujé hacia atrás y Zara cayó sobre la cama. Me puse a horcajadas sobre ella y continué besándola, mientras con mis manos le quitaba el corpiño y ella misma se quitaba la tanga.
-Quiero verte- me pidió incorporándose. Ambas nos encontrábamos sentadas frente a frente, muy juntas, tanto que nuestros vientres casi se tocaban. Zara llevó sus manos a mi tanga y me la quitó despacio para dejarla a un lado, luego se sentó sobre mis piernas y pasó sus manos a mis costados para desabrocharme el corpiño. Zara me lo quitó y recorrió mis pechos con la mirada.
-Deja caer la cabeza- me pidió deslizando su mano izquierda por mi espalda. Le hice caso y recargue mi cuerpo en su mano, dejando mi pecho completamente expuesto a ella. De pronto sentí su boca en mi pecho izquierdo, mientras con su mano derecha jugaba con mi otro pecho. Jadeé y me torcí debajo de ella..
Luego de un rato Zara cambió de mano y comenzó a besar mi otro pecho. Aproveché su distracción y metí mis dedos entre sus piernas y comencé a darle placer. La boca de Zara en mi pecho se detuvo y pude oír un gemido ahogado. No tardó en separarse y pude ver su rostro: sus ojos cerrados, su boca entreabierta, era una imagen preciosa.
Entonces Zara me devolvió el favor y también deslizó sus dedos entre mis piernas. Sujeté el trasero de Zara con mi mano libre y la atraje más a mi. Ella dejó caer su cabeza en mi hombro mientras nos tocábamos y cuando llegamos al orgasmo, se dejó caer sobre mí.
-¿Ya estás cansada?- le pregunté. Zara me mordió el cuello.
-¿De ti? Jamás- contestó y volvió a besarme. Recorrí su columna vertebral con mis dedos y volví a poner mis manos en su trasero- ¿Quieres que avancemos?- me preguntó parando de besarme para mirarme a los ojos- podemos esperar si quieres, todo el tiempo que necesites.
-Solo ve despacio- le pedí. Zara me ayudó a acomodarme en la cama y estiró mi cabello sobre la almohada. La Bruja Blanca se puso a horcajadas sobre mí y me dió un suave beso. Zara abrió mis piernas sin dejar de mirarme para ver cómo respondía.
Respire lentamente y me concentre en sus ojos, que me daban tanta paz. Seguía sin poder descifrarlos pero ya no me molestaba. Zara me quería, realmente me quería y allí estaba la prueba.
-Dime si quieres que pare- me pidió. Asentí y lentamente, muy lentamente, Zara comenzó a deslizar sus dedos dentro mío.
Me sujeté de sus hombros y cerré los ojos. Dolía, no tanto como aquella vez pero de todas maneras no podía evitar asemejar ambas experiencias.
-Para- le pedí y Zara se detuvo al instante. Me senté y Zara me tomó la mano, preocupada.
-¿Te hice daño?- me preguntó. Negué con la cabeza.
-No- le dije acariciando su mano- Es sólo que creía estar lista, pero creo que quiero esperar.
Zara sonrió y me besó.
-Así será entonces.
Era invierno y afuera había comenzado a nevar, pero ninguna de las dos quería vestirse. Nos acostamos bien pegadas y dejé que su calor me rodeara. Zara me acunó entre sus brazos y entrelazó sus piernas con las mías. Hice que las sábanas flotaran y nos cubrieran hasta el cuello.
La besé lentamente, a pesar de que me decepcionaba no haber sido capaz de continuar, también me ponía feliz saber que Zara estaba dispuesta a esperar a que estuviera lista.
Pasamos un largo rato sin decir nada, simplemente besándonos y tocándonos, conociendo nuestros cuerpos y memorizando cada centímetro. Dejé marcas en su cuello, en sus pechos, en su vientre y ella a su vez también marcó mi cuerpo.
Cuando ya estábamos muy cansadas, simplemente nos acostamos frente a frente y compartimos un cómodo silencio, escuchando el viento que provocaban afuera las primeras nevadas del invierno.
-Te amo- le dije. Zara sonrió, radiante y me besó, uniendo nuestros cuerpos.
-Yo también te amo, más que a nada en este mundo- me dijo ella acariciando mi pelo. Pasé mi pierna por encima de su cintura y me pegué a Zara para asegurarme de que no se alejara. Escondí mi cabeza en su cuello y lo besé.
De pronto Zara rió.
-¿Qué pasa?- le pregunté levantando la cabeza para poder mirarla a los ojos. Ella se mordió el labio, risueña.
-Más que Bruja Roja, deberían decirte Bruja Rosa- me dijo Zara con una sonrisa burlona.
-¿Por qué lo dices?
-Tu aura no ha cambiado desde que volvimos de la casa de tus padres- me dijo riendo. Me restregué las manos por el rostro, claro que ella también podía ver mi aura.
La miré, tenía el cabello despeinado y el cuello enrojecido por mis besos y mordiscos, los labios hinchados, los ojos brillantes y una sonrisa tan grande que parecía que se le iba a salir del rostro.
Me abalancé sobre ella y la llené de besos, pensando en que si esa iba a ser mi visión todos los días, no me molestaba para nada ser una Bruja Rosa.
![](https://img.wattpad.com/cover/172872500-288-k646705.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Pink Witch
AçãoUn misterio de su pasado atormenta a Elizabeth constantemente. Un misterio sobre sus padres. Durante toda su vida, Elizabeth nunca encajó. Para ella, siempre había algo que faltaba, que necesitaba. Es por ello que cuando dos chicas aparecen en su ca...