23. Identificación de Poderes

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Actualizo hoy de nuevo porque donde estoy anda bastante mal el internet y en este momento funciona así que no me voy a arriesgar a dejarlos sin capítulo mañana 🥰

Me quité el blazer y me arremangué la camisa. Zara me imitó y atrajo ambas prendas hasta su mano para dejarlos sobre una silla. Acto seguido, se paró en el medio de la habitación y me pidió que me parara frente a ella, tal y como lo habíamos hecho en la mañana.

-¿Cómo vas con tus poderes?- me preguntó.

-¿A qué te refieres?

-Qué cosas comprendes sobre ellos, qué cosas descubriste.

-Oh- dije- bueno, en cuanto a mi Don de la Videncia puedo teletransportarme- comenté apareciendo en la otra punta de la habitación y volviendo a aparecer en el mismo lugar en el que estaba.

Creo que puedo leer mentes. Pensé pero no lo dije.

-¿Qué más?- insistió Zara.

-Por ahora solo eso- entonces recordé el Aura de Mara y la de mi Abuela- también puedo ver ciertas auras cuando son muy intensas.

-Bien- dijo Zara- ¿Sabes lo que significan?

-No, pero pude deducirlas por contexto. Hasta ahora solo vi la misma aura: la tristeza. Es azul oscuro.

Zara asintió.

-Las Auras aparecen cuando una persona está sintiendo sentimientos demasiado fuertes. Puedo estar enojada pero eso no significa que otra Vidente podrá ver mi Aura solo porque lo esté. Recuerda que siempre que veas un Aura, es porque esa emoción es fuerte en la persona que la manifiesta, ese Aura es una energía.

Pensé en Mara y me dió curiosidad la intensidad de su tristeza hacia mí. Podía comprender la de mi abuela pero no la de ella.

-Hay otros tipos de Aura- continuó Zara- Las más típicas son la gris que puede significar aburrimiento, tranquilidad, serenidad y concentración. El Aura amarilla que representa la felicidad y la euforia. El Aura roja que representa la ira, los celos y la furia. El Aura rosa representa el amor- dijo Zara y sonó extraña cuando lo hizo- El Aura negra representa el luto, la desesperación, la soledad. El Aura violeta representa los celos, la envidia y el resentimiento y por último el Aura verde representa la excitación ya sea sexual, emocional o física. Sé que es mucho que procesar pero tal y como lo haz dicho, las identificarás por instinto. Es parte de ser Vidente.

-Creo que eso es todo lo que desarrollé en cuanto a la Videncia por ahora- dije.

-Hay algo que tienes que entender- dijo Zara comenzando a caminar por la habitación, pensativa- y es que no todas las personas mágicas poseen todas las habilidades de su Don. Eso es algo que define si esa persona es poderosa en su campo o débil. A veces se pueden manifestar a través de la práctica y otras veces simplemente no las poseen.

-¿Cuántas habilidades posees en tus dones?- le pregunté.

-Casi todas las de mis Dones. Es por eso que me consideran una Bruja Blanca bastante poderosa- comentó y se las arregló para no sonar soberbia diciendo aquellas palabras.

Zara se teletransportó a mi lado y me sobresalté. Dos sillas aparecieron a nuestro lado y Zara me indicó que nos sentáramos.

La chica tomó mi mano y de nuevo sentí un cosquilleo en el estómago. Intenté apartarme, incómoda, pero Zara puso mi palma hacia arriba y estiró mis dedos.

La Bruja Blanca deslizó su dedo delicadamente por las líneas de mis manos.

-Ésta es otra habilidad que debes desarrollar- me dijo y estiró su palma hacia mí- intenta leerla.

Tomé su mano entre mis dedos. Era más oscura en contraste con mi pálida piel. No recordaba que mis padres tuvieran esa tonalidad en las fotos pero, por otra parte, podría ser que ese tono era producto del sol y no de su piel natural.

-¿Qué debo hacer?- pregunté mirando su mano como si esperara que me contestara.

-Eso es algo que debes averiguar por tu cuenta- contestó Zara. Podía sentir su respiración en la parte superior de mi cabeza, mirando lo que hacía con atención.

Recorrí mi dedo índice por las líneas de sus manos con cuidado y entonces comprendí lo íntimo que era lo que estaba haciendo. De pronto cada línea y pliegue de su mano, incluso su tamaño y largo de sus dedos tenía sentido para mí. Su mano era como una libro que contenía mucha información sobre ella que nadie sabía.

-Una Vidente no puede leer su propia mano- me dijo Zara casi en un susurro, como si ella también comprendiera la intimidad del momento. Se encontraba inclinada hacia mí y sus ojos estaban entrecerrados, como adormecidos.

La observé y deslicé mi mano de vuelta por su palma. Los labios de Zara se abrieron en un pequeño, casi imperceptible suspiro de placer.

¿Tanto efecto tenía mi tacto en ella?

-¿Qué puedes ver?- me preguntó con voz somnolienta. De pronto pude ver su Aura: era gris. Tranquilidad, serenidad.

Parecía muy privado aquello de poder ver lo que las personas sentían así que no hice comentarios sobre ello. No quería romper esa especie de trance que ella tenía, creo que nunca la había visto más relajada.

-Me mentiste- le dije e intenté no sonar acusadora. - No somos hermanas.

-No lo somos- confirmó Zara. Me mordí el labio intentando contener mi alivio- ¿Lo haz leído en mi mano?

Asentí. No sabía cómo explicarlo, pero su descendencia estaba marcada entre su dedo índice y su dedo del medio. No eran mis padres.

Así que Zara había sido adoptada por ellos, comprendí. De alguna manera éramos hermanas pero no de sangre.

Tomé su mano entre las mías y masajee el centro con mis pulgares. Zara se estremeció.

-Necesitas a la gente, aunque lo ocultes- le dije, todavía en voz baja. Zara no contestó- vas a vivir por mucho tiempo y encontrarás el amor...en poco tiempo- agregué y Zara abrió los ojos, mirándome con sorpresa- vienen tiempos oscuros en tu vida, pero no estarás sola. Sufrirás una gran pérdida en un futuro cercano pero, al igual que antes, no sufrirás sola.

No quise continuar, habían cosas que quizás era mejor no saberlas. Al menos ahora sabía que Zara no era mi hermana. Sentía como si me volviera el alma al cuerpo.

-Si puedes leer las manos entonces podrás hacer el tarot- comentó Zara- creo que posees todas tus habilidades como Vidente. No sé si puedes leer mentes pero si puedes no quiero saberlo.

Asentí. Zara sacudió la cabeza y se levantó enérgicamente.

-Bueno, podemos parar por hoy- comentó- creo que eres poderosa, Elizabeth, más de lo que crees.

Asentí. A pesar de lo ocurrido, todavía no olvidaba todo lo que me ocultaba. No la perdonaría tan fácilmente.

-Gracias por el entrenamiento- le dije- Ahora si me disculpas, voy a ayudar a Li con su castigo, no quiero que vuelva a la habitación tan tarde.

Sabía que aquellas palabras solo la herirían pero no podía evitarlo. Algo dentro de mí todavía no podía aceptar que la verdad estuviera tan cerca y a la vez tan lejos. Que la llave de la puerta de mi pasado estuviera en manos de Zara y que dependiera de ella para obtenerla.

Desaparecí de la habitación y aparecí en la puerta del establo. Li estaba tirada contra la pared de madera con el cabello revuelto y el uniforme sucio. Parecía a punto de llorar. Su Aura era de un rojo intenso. Odio.

Me acerqué a ella y la besé en la boca a pesar del olor.

-Oye- le dije ayudándola a levantarse- ¿Qué te parece si nos damos un baño?

El Aura roja de Li se desvaneció de inmediato.

Pink WitchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora