Capítulo 20: "Z" (parte 2)

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—Alex, tenemos que salir de aquí —dijo Isa agitada

—Tenemos que pensar bien antes de salir, no conocemos a esas cosas de allá afuera —aseguré a todos algo asustado.

La camioneta se sacudió entre cada golpe.

—¡Mierda!, y ahora ¿Qué haremos? —preguntó Delia. Estaba asustada.

—Si quieres puedes ser la carnada, Delia —sugerí.

Grandiosa idea.

—¡Deja de estar de mamón! —gritó molesta.

Volteé mis ojos y solo me sacudía al son del sonido de los golpes. 

Vimos que uno de ellos (el que estaba hasta enfrente), agarró vuelo y soltó un golpe a la camioneta que la mandó a volar a unos 50 metros.

—Otro golpe más de esos y partirá la camioneta en dos —sentenció Javier estábamos muy preocupados.

—Necesitamos un milagro —dijo Dante.

Isa y yo estábamos muy presionados. Si nos transformábamos, todos sabrían nuestra identidad y no queríamos eso, queremos mantener la identidad secreta, porque ella también confiaba en que encontraríamos la cura a esto y así podría ayudar a las personas. 

Pero la presión le ganó a Isa. Si ella lo hace yo también lo hago.

—Chicos, escuchen —dijo resignada —no quiero que digan nada de esto —se fijó por el retrovisor.

Interrumpió un golpe.

—¿Decir qué? —preguntó Javier.

—Es que... Yo... Yo —

Estaba apunto de atacar otro infectado de esos, cuando...

—¡Shurikens! —se oyó en el cielo y cayeron Shurikens en los infectados que los congeló.

Después una bola de hielo gigante de hielo aplastó al que estaba enfrente. Invocó unos pinchos y comenzó a dispararlos a los demás infectados hasta matarlos a todos.

Isa se asomó por la ventana y vio a CatBitch.

—¡CatBitch!, ¡por aquí! —gritó, CatBitch bajó.

La heroína llegó a la puerta trasera, congelandola y quitandola en un instante.

—¡CatBitch! —exclamó Dante —eres increíble —corrió a ella y la abrazó.

CatBitch se le quedó viendo solamente.

—Gracias... —no sabía que hacer.

—¡Perdón! —Dante se apartó

—¿Todos están bien? —preguntó CatBitch.

—Si, gracias... —Isa —¿y M? —preguntó.

—Nos dividimos. Estamos buscando sobrevivientes por toda la ciudad, yo busco en el norte, M en el sur y Spitric en el Este — nos miró.

—Y ¿el oeste? —preguntó Dante.

—Allá están cuidando los militares si no mal recuerdo... —se puso nerviosa.

—¿Se pusieron de acuerdo? —preguntó Dante.
A
—Algo así —respondió CatBitch.

—Y ahora... ¿Qué haremos? —pregunté a CatBitch.

—Es recomendable que vayan al Oeste... —respondió CatBitch.

—Pero está protegido por militares ¿Cómo rayos vamos a pasar? —preguntó un poco exaltada Zuleimi.

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