Capítulo 3: Reikon

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*En algún lugar en la ciudad*

Un tipo corría pues acababa de robar un banco y solo tenía poco tiempo para perderse de la vista de la autoridad y poder salirse con la suya. Dobló a un callejón solitario y oscuro pues era de noche...

—¿Llevas prisa escoria? —preguntó una voz femenina en lo mas oscuro y profundo del callejón.

Después salió una luz deslumbrante que inmediatamente congeló al ratero...

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Estaba acostado pues es mi día de descanso. Me llegó un mensaje de mi amiga Isa, ella era una buena amiga. Quería que nos viéramos, acepté y me comencé a alistarme. 

Recibí una llamada y contesté.

Hola Alex, soy Damara, ¿Cómo estás? —la noté nerviosa.

Estoy bien Dami, gracias, ¿y tú?... ¿Estás bien? —pregunté con curiosidad.

Si, estoy bien gracias, ¿y los libros? —seguía nerviosa.

Están muy bien, están a salvo. Por cierto ¿sabes lo de la persona que está congelando a los delincuentes? ¿crees que sea un supervillano?

Por pura lógica, yo creo que es una superheroína. Sino, atacara a gente inocente —lo dijo tan segura.

Tienes razón, de todos modos le preguntaré a Hon. O más bien, iré a esa dimensión a leer un poco a Sonzai

Si quieres. Bueno me tengo que ir, tengo mucha tarea, perdón si no contesto Alex estaré ocupada. Hasta luego, cuídate. —

Muchas gracias. Suerte con tu tarea. Cuídate igual —colgó.

Me alisté un poco más y salí de mi casa. Iba en camino a la casa de Isa. 

Iba en el transporte público, viendo el paisaje. Llegué a mi destino, había gente amontonada viendo hacía un callejón. Miré hacia allá y vi que estaba Isa allá, ella me miró y se dirigió a mi

—Alex, es bueno verte —me abrazó.

—Isa, es bueno verte también ¿Cómo estás? —pregunté 

—Un poco desconcertada. La escuela y luego los ataques de los supervillanos, el superhéroe; ese tal M. Es extraño esto ¿sabes?.
Acaba de atacar otro villano. En el callejón hay varios cuerpos flacos, como si les hubieran quitado la energía, como si les hubieran succionado cada parte de sus cuerpos. Algunos no tienen cabezas —Habló rápido y tomó aire.

—¿Personas sin vida?. A lo mejor es un asesino —

—No creo que sea un asesino, es un Desterrado y sé que M lo vencerá. —aseguró.

—¿Qué piensas de M? —pregunté curioso.

—Yo pienso que M, ¡es un gran superhéroe! —exclamó.

—¡¿En serio?!, ¿piensas eso de M? —la miré sorprendido

—¡Si!. El hecho de saber sobrellevar problemas, como el supervillano de el lunes pasado es algo sorprendente —dijo con entusiasmo.

—Te gustan mucho los superhéroes, ¿cierto?  —

—¡Si!, ¡me encantan! —exclamó.

—¡A mi también!. Yo estoy contento porque hay alguien que nos cuide de esos villanos sin remedio —llegó la camioneta de la reportera.

—Al parecer hay un ataque diferente. Esta vez los cuerpos están flacos, sin vida, cómo si le hubieran succionado la energía vital —nos miró y se acercó —ustedes, ¿saben algo de esto?. —Miré a Isa.

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