Su respuesta hizo que perdiera la paciencia, es por eso que no me importó aventar todo lo que traía en aquella bandeja, ¡Qué más daba que la comida se hubiera embarrado por todo el suelo del sótano!, lo que me ponía furioso es que ella no entendiera que solo yo tenía el control aquí.
¡Qué cojones se ha creído! Esa chica no sabe con quién se mete. Esta vez no seré condescendiente con ella, cuando quiera algo simplemente lo tomaré. No sabe lo que acaba de conseguir con sus acciones, tan pronto como me logré calmar del enojo por su falta de respeto causó, armé un plan para conseguir que entendiera quién llevaba el mando en este lugar.
¿Así que la señorita no quiere comer?, entonces por el momento no habrá más comida, al enfermo lo que pida, ya veremos si cuando este débil y hambrienta no cede como perrito faldero ante mis demandas.
Si algo he aprendido de los seres humanos es que solo bajo presión aprenden las lecciones de la vida, la Ratoncita no ha sido la excepción, no planeaba llegar a estos extremos, pero no encuentro otra forma de disciplinarla.
La idea de lo que viene me hace sonreír.
Después de eso sí que me divertiré enseñándole un poco de práctica, si quiere comer tendrá que regalarme un buen oral, de lo contrario no habrá más que agua. A partir de ahora nada será gratis, todo deberá ganárselo.
Decido relajarme un poco y ver la televisión, las noticias muestran que en la semana hará un poco de frío, ¡Bien! Otro castigo para la Ratoncita, desnuda como está, sí que la pasara mal. Tendré que verificar la calefacción para que el ambiente sea incómodo, pero que no llegue a poner en riesgo su vida, necesito a esa chica para rato, con que se le erice la piel un poco y le castañeen los dientes será suficiente, eso le enseñará a no desafiarme.
En las noticias comienzan a mostrar una lista de personas desaparecidas, las edades varían, pero de repente ahí está ella; con su sonrisa coqueta y sus mejillas rosadas, en un uniforme escolar que resalta sus largas piernas, se le ve tan provocativa, seguida me pasa por la mente la idea de vestirla para jugar un poco con ella, más adelante sería a una gran opción.
Casi podía sentir una erección, pero todo se vino abajo cuando apareció en la televisión su padre sosteniendo la misma fotografía que había aparecido antes en las noticias, parecía lleno de preocupación, no le creía nada, todavía se atrevía a pedir que lo ayudaran a que su hija volviera a casa ¡Eso jamás pasaría!,
Ahora es mía, y aprovecharé eso al máximo. Tuviste mucho tiempo para cuidarla imbécil, es mejor que ella piense que no te importa, eso me facilitará las cosas.
Cambio el canal a uno de esos programas donde te muestran cómo cocinar platillos gourmet, y sonrío ante lo irónico de la situación.
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Estocolmo
General FictionADVERTENCIA: material solo acto para +18 o en compañia de un adulto. Queda prohibida la copia parcial o total de este material o se tomaran acciones legales. EL autor no se hace responsable por los actos de las personas que lean la siguiente histor...