Me siento tan culpable, cada día el sentimiento es más fuerte. No le he contado nada a Sebastián, tampoco quiero que piense que está por convencerme de quedarme, porque no es así, quiero mi libertad, pero eso no quiere decir que la decisión esté siendo sencilla.
Saber que estoy esperando una niña no lo hace más fácil, pienso en lo difícil que será para ella crecer sin mí, crecí sin la protección de una madre y entiendo lo duro que puede llegar a ser.
También está el hecho de saber que se quedará con él, aunque ya no parece tan malo como antes, a veces me invaden las dudas, sobre cuál es la opción más correcta.
No tengo tantas opciones, él no me dejaría ir si no le doy a cambio a este bebé, una pequeña que, al igual que yo, no ha tenido la elección de estar aquí.
Es muy doloroso ver la ropita y las demás cosas que ha comprado, todo parece tan pequeño, tan tierno y frágil. A escondidas he revisado todo lo que ha traído a casa, es difícil no sentir cariño y tristeza.
Esta niña es a la que últimamente me estoy agarrando fuerte, por ahora es lo único que tengo, a veces le hablo, aunque sé que aún no puede oírme, pero hago como si platicara con ella, le susurro que me perdone y lloro por actuar de forma tan egoísta.
Soy una mala persona que solo piensa en su libertad, sin importar que el precio que tenga que pagar por ella sea esta bebé. En algunos momentos, solo en algunos, me cuestiono si de verdad vale la pena irme, la verdad es que no tengo muchos lugares a donde recurrir, si tan solo mi padre hubiera cambiado, pero por más que me duela estoy segura de que nunca lo hará, estoy sola en este mundo, la única que podría ser mi compañía es esta pequeña, pero lo que implicaría esa elección no me gusta, no lo quiero.
Tengo pánico de no saber que sigue después de vivir todo esto. No sé qué habrá después. No tengo ningún plan, solo me limito a sobrevivir.
Hoy Sebastián me pidió que accediera a conocer a un amigo suyo, tengo mucho miedo. ¿Cuánto tiempo tiene que conviví con alguien que no fuera él?, quizá ya perdí la capacidad de socializar, no quiero cometer algún error del que luego me arrepienta.
Me contó que nos moveremos a otra casa, solo por un tiempo, dice que es muy bonita y que está completamente acondicionada para nosotros. Dice que confía en mí y que por eso me cuenta todos sus planes, que necesita que lo apoye y que confíe en él.
Imagino que teme que haga algo estúpido, que lo exponga y pierda a su hija para siempre. En esta situación veo muchas oportunidades de huida, pero todo dependería si las cosas salieran bien o salieran mal.
Una voz mental me dice que podría ser mi puerta de escape, pero y si me está probando y tomo la decisión equivocada, quién sabe de lo que sea capaz, no quiero que cambie de opinión y me obligue a quedarme de una forma violenta y desproporcionada.
Prefiero la persona que es ahora, todo este tiempo se ha portado tan bien conmigo, su presencia ya no me provoca terror, es mejor que siga así, me niego a volver a esos días donde su cercanía me hacía temblar, disfruto esta nueva dinámica, al menos me proporciona un poco de paz, sin mencionar que tenemos un trato y eso implica seguir sus peticiones, sé que él podría obligarme, pero tuvo la decencia de pedírmelo, lo que hace las cosas más difíciles, me siento tan comprometida.
Aún me asombra la capacidad que tiene para crear planes, ya no debería subestimarlo. Se ha encargado de armar toda una historia. Incluso me compró un anillo porque dice que solo así la historia será creíble, entiendo que no tiene un valor legal, pero cuando me lo probé por primera vez casi podía percibir como mi dedo pesaba, no de forma real sino simbólica.
Tuve un ataque de pánico que Sebastián me ayudó a controlar, últimamente he tenido varios, hay días donde las emociones son aplastantes, hay instantes en los cuales me siento como una de las flores que hay en el jardín; a pesar de tener espinas, son tan indefensas, que cualquiera podría tomarla entre sus manos y aplastarlas, así me siento contra este mundo.
En los libros que he leído explican que en el embarazo las emociones suelen ser inestables, mucho de esto tiene que ver con el desequilibrio hormonal, pero también pienso que estoy bastante jodida, quizá por eso sea bueno que esta niña no crezca conmigo, no quiero arrastrarla a mi inestabilidad.
Puede que Sebastián parece un padre tan dedicado, es talentoso, sabe cómo expresarse y resolver las situaciones difíciles de la vida, en cambio, yo solo soy un saco de nervios.
Cada vez me reconozco menos, no soy la persona que llegó hace un año, ya ni siquiera lucho, ¿Para qué? ¿Para quién?
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Estocolmo
General FictionADVERTENCIA: material solo acto para +18 o en compañia de un adulto. Queda prohibida la copia parcial o total de este material o se tomaran acciones legales. EL autor no se hace responsable por los actos de las personas que lean la siguiente histor...