Capítulo 25 (Lucía)

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Mientras me cuenta sobre su vida, no dejó de preguntarme si debería creerle, me ha mentido en tantas ocasiones, que nada me asegura que lo que me esté contando es verdad.

A pesar de eso intento ponerle atención decidiendo que podría ser verídico y cuál cosa no.

—Mi padre pertenencia a una familia de alta posición económica y uno de sus peores errores según mi abuelo, fue el enamorarse de una joven de inferior posición económica —su rostro es serio, no hay una pizca de emociones—, mi madre a pesar de procesar de una familia honesta y trabajadora no fue suficiente a los ojos de mi abuelo y por eso jamás consintió la unión entre ella y mi padre. Por ello tomó la decisión de desheredarlo pensando que con tan estrenas medidas, mi padre dejaría a mi madre. Pero fue todo lo contrario, eso lo hizo decidirse aún más. Así que escapo junto con mi madre y se casaron con el apoyo de la familia materna, no era mucho, pero al menos significaba algo.

Pero al parecer el amor no siempre es suficiente, con el paso de los meses mi padre acostumbrado a una vida de lujos y de caprichos resintió la falta de todas las comodidades que le fueron arrebatadas.

Así que él junto con amigos decidió buscar una forma más sencilla pero lucrativa de vivir cómodamente. Mi padre lo hizo justificando que mi madre era la razón de tal sacrificio y sus amigos lo hicieron en parte por diversión y por ser algo más independiente de sus adineradas familias.

Todos ellos conocían a muchos hombres por perversas fantasías e ideas y lo único que hicieron fue ayudarlos a cumplirlas ¿Cómo? Raptando chicas bellas y jóvenes sin importar la clase social, aunque debo decir que raptaban generalmente chicas de casas humildes, por razones obvias.

Pero mi padre tenía en mente un plan más ambicioso. Buscó personas e hizo acuerdos con ellas, se dio cuenta de que dejaba mayores ganancias el vender a las jóvenes a otros países en lugar de limitarse a algunos estados. Pronto no hubo poder humano que detuviera aquellos planes más siniestros.

Era muy inteligente y nadie sospecho de él y si alguna vez lo hicieron no hubo acción en su contra alguna, aunque yo no dudaría que hubiera habido dinero o amenazas de por medio.

De repente deja su relato.

—¿Qué opinaba tu madre? —pregunto aprovechando que deja de hablar.

—Ella era ignorante de todo lo que mi padre hacía, desde que comenzó sus turbios negocios la trajo a esta casa y se encargó de construir a su alrededor un mundo de mentiras, ella era demasiado ingenua para sospechar que su esposo era capaz de tales cosas. A sus ojos él se había vuelto comerciante en una gran empresa. Ella fue educada en una familia machista en la cual le enseñaron que una buena esposa no debía meterse en el trabajo de su esposo.

Cuando tenía seis años, mi madre se enteró, eso la destrozó, mi madre era una mujer muy buena Lucía, la mejor mujer que he conocido.

Por más que amaba a mi padre jamás lo perdonó, incluso huyó junto conmigo, pero mi padre en pocos meses nos encontró y la amenazó con irse y llevarme con él si no accedía a quedarse.

En ese tiempo yo no entendía muchas cosas, pero ahora sé que todo sacrificio realizado por ella fue en mi causa. Desde ese día no fue la misma, comenzó a estar ausente, distraída, en verdad trataba de estar bien para mí, pero era demasiado para su noble corazón.

Al año siguiente enfermo de cáncer y solo seis meses después murió, dejándome con ese desgraciado. En la primera oportunidad que tuvo me enseñó su turbio trabajo y así poco a poco me volví su discípulo.

Sentía muchos sentimientos encontrados, desde la sorpresa, hasta cierto grado de empatía por lo que le tocó vivir. Nadie como yo para entender lo que se sentía perder a una madre.

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