Abro los ojos al día, la luz que se filtra por la ventana es cegadora. Detengo un poco mis pensamientos para dejar solo uno: Hoy es mi cumpleaños.
Aun lado de la cama, sobre una de las almohadas, se encuentra una caja mediana con un moño color lila. Tiempo atrás me habría dado miedo el saber que entro a mi habitación mientras estaba dormida, pero ahora es distinto, cada día me siento más cómoda con su presencia. Sigo sin aceptar mi situación, pero es más tolerable.
La caja tiene una nota, con una letra elegante:
"Espero que te guste. Por favor, póntelo para antes de la noche;
Feliz cumpleaños"
-S
¿Qué será? Deshago el moño, el contenido parece una tela color azul, al sacarlo compruebo que es un vestido, en verdad es hermoso. Es de corte tipo princesa, cuello circular, sin ningún tipo de adorno, sencillo pero elegante. Incluso hay un par de zapatillas a juego.
No es la primera vez que me compra vestidos, pero en ninguna de esas ocasiones los he usado, no me gusta la idea de usarlos en su presencia, he tenido miedo de provocar algo que no querré continuar. Sin embargo, en esta ocasión me siento comprometida con él, se ha portado tan bien conmigo, que sería una malagradecida si no lo usara. Se ha ganado puntos a su favor al no hacerlo una orden, sino una petición.
Resisto la tentación de arreglarme, sé que debo estar presentable para lucir un vestido así. ¿Que tendrá planeado?, con él no se sabe, nunca termina de sorprenderme. Cuando creo que ya he visto todas sus facetas cambia por completo. A veces eso me resulta atrayente, aunque una parte de mí también lo considera peligroso, mi mente se pregunta qué pasará si un día me sorprende para mal, En ocasiones solo ignoro esos pensamientos para evitar temblar de miedo.
Mientras alejo esos malos pensamientos, tomó una ducha que más que refrescarme el cuerpo lo hace con mis ideas. No tardo demasiado, como no tengo maquillaje, solo debo concentrarme en la ropa.
Al ponerme el vestido noto como se ajusta a mi cuerpo, resaltando mis pechos, lo que hace que por un momento dude en dejármelo puesto, pero de nuevo me siento culpable por intentar cambiar sus planes y olvido la idea, después de todo, al menos el largo es discreto, me llega debajo de la rodilla y las zapatillas también combinan a la perfección, me gustaría tener un espejo, pero esto es lo que hay. Busco una coleta y decido hacerme un moño alto, ya que mi cabello ha crecido demasiado.
La puerta se abre y "S" entra en silencio mientras sostiene una bandeja que contiene mi comida favorita, es lindo que no lo olvidara.
Me quedo atónita mirándolo, al igual que él a mí. Luego de unos minutos él decide romper el silencio.
—Te ves preciosa, Ratoncita —Me dice mientras me mira de arriba abajo. En su mirada hay curiosidad. El ambiente se vuelvo más cálido. Un escalofrío recorre mi columna vertebral hasta descender entre mis piernas, ¿cómo es posible sentir que su mirada me toca?
—Gracias —respondo mientras siento que mis mejillas se ponen calientes.
Deja la bandeja en la cama y se acerca.
—El vestido te ha quedado perfecto y combina con tus ojos, muchas felicidades —me dice mientras me abraza tomándome por sorpresa.
—A ti... por el vestido, la comida, todo —respondo y mi voz suena nerviosa, el aroma a su perfume invade mis fosas nasales, cierro los ojos para mantener un poco el encanto.
—Será mejor que comas, la comida se enfría —me dice mientras me aparta con delicadeza.
Asiento, mientras noto de nuevo que mi rostro se llena de calor.
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Estocolmo
General FictionADVERTENCIA: material solo acto para +18 o en compañia de un adulto. Queda prohibida la copia parcial o total de este material o se tomaran acciones legales. EL autor no se hace responsable por los actos de las personas que lean la siguiente histor...