D I E C I S É I S

1K 69 3
                                        

La confesión de John me había dejado mudo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La confesión de John me había dejado mudo. Sinceramente había esperado cualquier cosa, menos que admitiera la muerte de aquella joven desconocida.

Culpa mía, pretendo fingir que conozco demasiado a Ianthe pero apenas si sé un 10% de todo lo que es.

— Tampoco sientas remordimiento de consciencia Collin, esa hija de puta no merecía menos. Durante la estadía en Giamatti tuvo una obsesión con Ianthe, la acosaba e incluso la celaba. Fueron meses de silencio por parte de Ianthe, aquella bruja le causo más daño que ningún otro ser en su vida.

— ¿Cómo sabes que está realmente muerta? —inquiero, analizando la información recibida.

—Lo último que supimos sobre ella fue que había caído en estado de coma vegetal. Ya no funcionaba... ¿Alguna vez Ianthe la mencionó frente a ti?

— No, no lo creo.

— En fin, el tema de Sarah Woods aún sigue siendo delicado para todos —le da una larga calada al cigarro para después dejar salir el humo por la nariz. Imito su acción.

Y ahí, en el pasillo, permitimos que sea el silencio el que envuelva nuestro entorno mientras nos dedicamos únicamente a dar caladas al cigarro.

— Que grato verte por aquí, Collin —la voz del ex jefe de seguridad de Caín rompe el silencio, y entonces lo veo llegar y por detrás le siguen Damon y Kurt.

— Obviamente no coincidimos —digo a modo de respuesta. Tiro lo que resta del cigarro al suelo y después de pisarlo entro al departamento de Evan.

— La vez pasada no pudimos concretar la conversación. Que mejor día que hoy —el hombre toma asiento en uno de los sofás de Evan, e imito su acción. Damon se aproxima a la reja de cervezas y enseguida toma dos, una para él y la restante la ofrece al hombre—. Los rumores circulan demasiado rápido. ¿Hace cuánto fue la última vez que la viste, rubio?

— No cuento los días a decir verdad —me encojo de hombros.

— Esa hostilidad no me agrada Collin, somos amigos ahora, no enemigos.

— ¿Y qué es lo que esperas saber? No soy su puto hermano para andar tras ella. No me interesa su paradero, por mi muerta está mejor —sentencio brusco. John me mira penetrante, no sé si se lo haya tragado pero al menos al viejo ese lo dejé callado y con la mandíbula apretada.

— Lo único que hemos sabido sobre ella fue por la aparición de la mitad de su dedo —interviene John—. Se lo enviaron a su padre al instituto. De ahí en más, nada.

Damon absorbe su cerveza en unos cuantos tragos y cuándo no queda más líquido en ella, decide aplastarla con su mano.

— Si me entero que tu gente tuvo algo que ver... —Damon deja la amenaza al aire. Reich a su lado le devuelve la mirada fulminante antes de negarse.

B R O K E NDonde viven las historias. Descúbrelo ahora