V E I N T I C I N C O

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Los labios de Evan se movían torpes sobre los míos, su sabor a marihuana embriaga mi paladar

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Los labios de Evan se movían torpes sobre los míos, su sabor a marihuana embriaga mi paladar. Finalmente se aparta de mí con una sonrisa amplia.

— Demonios, realmente me atraes —confiesa.

— ¿Lo hago? —pregunto con ironía. Evan mira fijo mis ojos, hundiendo su atención tan profundo como puede, para cuando sale del trance su expresión cambia y la sonrisa boba se esfuma.

— Joder —maldice, mientras sus manos despeinan su cabello en un gesto desesperado—. No sé qué fue lo que acabo de hacer, será mejor que lo olvidemos —dice. Se remueve bajo mi cabeza y comprendo que desea levantarse, así que me levanto y dejo libres sus piernas—. Iré por más cerveza.

Y sin más, desaparece por la puerta.

Tomo la lata de cerveza de Evan y termino con su contenido.

Joder.

El ruido que provoca la puerta me despierta enseguida, incorporándome en mi lugar tan rápido como puedo

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El ruido que provoca la puerta me despierta enseguida, incorporándome en mi lugar tan rápido como puedo. Frente a mí veo a Evan con un par de six de cervezas, sus ojos me miran con culpa.

— Lo siento —masculla.

Me levanto del sofá dirigiéndome hacia la puerta.

— Me voy —anuncio.

— No puedes — sostiene mi brazo con firmeza mientras me observa con seriedad en una silente batalla de miradas donde tampoco cedo.

— No vas a detenerme — forcejeo hasta liberarme de su agarre, haciéndome espacio entre su cuerpo y la puerta. Finalmente salgo de su departamento azotando la puerta por detrás.

Bajo las escaleras con prisa, sin embargo un torso firme se interpone en el último tramo de escaleras. Trastabillando sobre el escalón, el rubio me sostiene con firmeza evitando un tropezón, su mano sujeta mi cintura.

Sus ojos azules me miran curiosos de saber mi apuro y mi súbita sorpresa.

Mi corazón late con frenesí, nervioso del encuentro y la cercanía del rubio.

B R O K E NDonde viven las historias. Descúbrelo ahora