Me separé de Andy y el prof. por fin se recuperó del shock.
—Bien señor Biersack, excelente actuación ¿Por qué no hacen eso en clase de arte? Les pondrían 10— el calor subió a mi rostro ante dichas palabras, Andy estaba de igual manera.
—Lo.. lo siento señor Maggles— dijo Andy con arrepentimiento.
—Lo sé y para mañana, señor Biersack, quiero un reporte de 6 hojas a mano sobre la importancia de las normas de esta institución y sus sanciones, ¿de acuerdo?—miró amenazadoramente a Andy y este asintió con la cabeza aceptando el trabajo... o más bien cástigo.
—Muy bien señor Biersack, acaba de ganar tarea— dije risueña y burlona a la vez. Ha sido el karma quien gana esta vez.
—¿Te acabas de burlar de mí? —Me miró sorprendido y divertido. Su mirada me decía algo así: "Bitch please, soy Andy Biersack, puedo con todo". Me reí ante mi pensamiento y giré entorno al frente.
—No, solo es karma— sonreí cinica y mordí mi labio, no sé ni el por qué, pero lo hize.
—Ah, entonces no me vuelvo a meter con la señorita del karma—frunció el ceño de manera divertida y se acercó a mí, su naríz chocó con la mía y la acarició por unos segundos. ¡Eso es tan exitánte!
—Yo creo ¿no?—imité su gesto y de igual manera, acaricié su naríz con la mía.
El timbre sonó y nos levantamos para ir a la siguiente clase, Andy me detuvo y me rogó con la mirada que lo esperara. Todos salieron quedando únicamente Andy y yo en el salón.
—Bien ¿qué quieres?—dije alzando una ceja, fingiendo que me interezaba.
—Solo quedate conmigo ¿Anda, si?—¿Quedarme con él? ¿A qué se refiere? ¿Podré aprovechar este momento para hablar con él? No, en verdad quiero ir a clase de filosofía.
—Andy no puedo, tengo clase de filosofía y no puedo faltar.—dije llevando mi mochila a mi hombro.
—¿Por favor?— hizo un tierno puchero y solo me esforzé en abrazarlo.
—Nos vemos más tarde—besé su mejilla y salí del aula.
Esto jamás debió haber pasado, ni por más minímo que fuese el error debimos habernos tocado. Todo se está saliendo de control y no quiero llegar a sentir algo por Andy, estoy segura de que ya lo estoy sintiendo, pero no quiero, tendré que hablar de nuevo con Ashley.
Llegué a clase un poco tarde pero por suerte la profesora no había llegado.
La clase pasó bien, adoro esa materia, siempre hay cosas interezantes. Salí y me encontré con Jinxx en el pasillo.
—Jinxx—lo abrazé y correspondió.
—¿Ahora no estás con tu novio? —preguntó burlandose de mí, supongo que por lo de hace rato con Andy.
—No es mi novio—lo fulminé y después rodeé mis ojos. Odio encerio que mi mejor amigo diga que es mi novio.
—Si lo es, solo que no quieres que nadie sepa—rió por lo bajo y me abrazó—sabes que solo es una broma ______—me miró divertido y provocó que me riera.
—Eres un tonto, con eso no se juega—dije después de golpear un poco su pecho.
—Ya sabes que me gusta bromear.—dijo en voz tranquila.
Caminabamos fuera del pasillo y Andy venía contrario a nosotros. Lo vi y rogué para que no me molestara.
Cerré mis ojos imaginando que no me viese, pero siempre falla esa técnica. Sus brazos me rodearon alejándome de Jinxx, juntó rápidamente sus labios con los míos. Malditos besos tan exquisitos.
—Andy, ya—susurré contra sus labios antes de que volvieran a juntarse. Me pegó más a su cuerpo si dejar de besarme. Era algo realmente bueno.
—¿Oye? —Preguntó dejándo atras mis labios. Con su mano llevó un poco de cabello detras de mi oreja, su otra mano aún me tenía abrazada.
—¿Mmm?— pregunté evitándo otra respuesta. Sus ojos celestes me miraban fijamente y de una manera tierna. ¿Por qué a mí?
—¿Podemos salir más tarde?—¿Salir? Lo miré sorprendida, él me dedicó una sonrisa.
—Andy, no sé si recuerdas pero tengo que hacer un reporte y tú también.—advertí recordandole la tarea, que por su culpa nos pusieron.
—Pero podemos hacerla juntos ¿no?—se encogió de hombros. Haaa' como si esto fuera tan normal.
—Andy son temas diferentes, dudo que la podamos hacer juntos— llevé mis manos a mi espalda, en donde estaban las suyas apretandome a su cuerpo y las quité.
—¿Anda si? ¿Por favor?—volvió a poner esa cara de cachorrito a la cual no le puedo decir que no, ¿pero cómo se lo digo?
—¡Agh! No hagas eso—puse mi mano sobre su rostro y mordió la palma de mi mano—¡auch! Deja de morderme—lo miré furiosa, él solo rió. Esa risa tan... hermosa que tiene.
—No hasta que me digas que sí— volvió a abrazarme y comenzó a morder mi cuello con delicadez, de una manera suave—Dime que sí—dijo contra mi cuello con una voz ronca. Mierda, esto es más exitánte.
—Esta bien, esta bien, solo deja de morderme ¿ok?—se separó de mí y me sonrió.
—Hmm, ok—respondió y robó un beso de mis labios, claro y también los mordió.
—¡Andy!—Chillé furiosa. Andy se hechó a reír y volvió a abrazarme.
Amo...odio cuando hace eso.
Por alguna razón, ya estaba sintiendo algo por Andy, no quiero llegar a enamorarme de él. Ójala esto solo fuera una pesadilla.
