Capitulo 56 ~Hot~

449 22 1
                                    

Mordí mis labios al sentir los besos de Andrew sobre mi sostén, me sentó para quitarmelo y con rápidez, volvió a acostarme sobre las almohadas.

—Oh cielos, extrañaba mirar tu cuerpo—besó cortamente mis labios—esa pansita te hace ver extremadamente caliente—me sonrojé y sonreí.

—Eres un tonto—reí por lo bajo y quité su playera. Él me sonrió—amo que seas así.

—Lo sé, por eso soy así—besó mi cuello e hizo un recorrido con su lengua hasta mi ómbligo, el cual llenó de besos.

Quitó mis zapatos, dejandolos en el suelo, luego mi jeans junto con mis bragas. Su nariz acariciaba mis piernas, hasta mi sexo. Diablos Andrew.

Aspiró mi aroma y gruñó, mordí mi labio y su lengua comenzó a entrar. Jamás había sentido tanto placer, el doctor había dicho que podía sentir menos o más placer durante el embarazo y si, siento más placer.

Su lengua me cogía con tanta intensidad, el orgasmo comenzó a construirse dentro de mí. Explotaría en un gran orgasmo.

—Deliciosa—susurró despegándose un poco de mi sexo, luego volvió dentro y chupó con fuerza. Apreté las sabanas, gemí su nombre un par de veces y me vine en cuestión de segundos. Andy limpió todo con su boca y subió para encontrarse con mi mirada.

—Ponte en cuatro—ordenó mientras se bajaba los pantalones junto con el boxer. Obedecí y agarré la sabana a puñadas.

Andy se incó sobre la cama posicionandose detrás de mí y acarició mi trasero. Susurró algo que no entendí, dicho eso, comenzó a empujar su pene dentro de mí, mis latidos aceleraron su rítmo y mi respiración se empezó a cortar.

Sus caderas se movían al rítmo de nuestras respiraciones, era algo realmente exitante, mis gemidos provocaban que Andy también lo hiciera. Aceleró el rítmo de sus embestidas, algo que me provocó más placer.

—¿Te gusta?—preguntó entre jadeos. Obvio que no me gusta imbécil.

—Me encanta—mordí mis ladios y apreté con más fuerza la sabana. Andy gruñó y aumentó el extasis pegando su pecho a mi espalda, con una mano comenzó a acariciar mis senos.

—Eres una chica muy sucia—susurró cerca de mi cuello y mordío mi hombro. Siguió embistiendome con fuerza.

—Te gusta que sea así—apliqué la frase de él. Andy rió y besó mi espalda.

—Por eso te amo—acarició mi trasero y me dió una nalgada. Es un sucio.

Diablos estoy tan cerca, mi mente comenzó a tornarse en blanco, apreté más fuerte la sabana, ya no sentía mis manos debido a la fuerza que aplicaba. Gemí su nombre al sentir pequeñas contracciones en mi interior, una de esas atrapó la virilidad de Andy haciendolo gritar, de pronto me llegó un orgasmo diferente a los que normalmente siento, esta vez, es demaciado el placer. Un orgasmo que duró un poco más de lo habitual. Después de un par de embestidas más, Andy logró su liberación. Cayó rendido sobre la cama y con la respiración bastante agitada, igual que la mía.

Se acercó a mí y me miró con una enorme sonrisa. Giré mi cabeza y me encontré con sus profundos ojos celeste.

—Te amo... preciosa—dijo mientras acariciaba mi mejilla.

Me tiré a abrazarlo—Te amo más, mucho, mucho más—busqué sus labios y en una milesima de segundo, ya estaba disfrutando de éstos.

—¿Quieres que te llevé a casa?—propuso poniendo sus brazos debajo de su cabeza.

—Quiero dormir contigo—esa fue mi respuesta. Él sonrió ampliamente y besó mi mejilla.

—Oh amor—besó fugazmente mis labios—No sabes cuanto ansiaba escucharte decir eso.

—Y tú no sabes cuanto esperé este momento—me puse sobre mi codo y trazé pequeñas líneas imaginarias sobre su pecho.

—Te amo—unió sus labios a los míos y nos perdimos en un largo y tierno beso.

La noche había caído. Andy y yo veíamos una película acostados y abrazados sobre la cama, ambos ya estabamos en interiores. Mi pequeño comenzó a moverse al igual que mi estomago pidiéndome comida.

—¿Qué fue eso?—preguntó Andy asustado, solté una carcajada y acaricié su mejilla.

—Nuestro pequeño y yo tenemos hambre—volví a reír, tomé la mano de Andy y la puse del lado en donde nuestro pequeño se movía.

—¡Oh por Dios! se está moviendo—exclamó asombrado, ¿qué acaso no sabe que un bebé se mueve dentro de la panza de su madre?

—Si, así es, hace eso cuando tiene hambre o frió—sonreí y entrelazé mis dedos con los suyos.

—Destaquemos que tiene frío, porque la verdad andamos calientes—rió y rodeé los ojos—ay riete, solo es una broma—besó mis labios y esbozé una sonrisa.

—Vamos a cenar—ignoré su "bromita" que la verdad no era una broma, si no, que era verdad. Bajé de la cama y tomé mi ropa del piso.

Me vestí, al igual que Andy y bajamos a la cocina. Andy me miró apenado y reí.

—No tienes comida, ¿verdad?—sonreí con burla y el asintió—Está bien, ¿a dónde iremos señor estoy caliente?—acomodé su despeinado cabello.

Arqueó una ceja—Podemos ir a comprar galletas o si quieres vamos a un restaurante—se encogió de hombros y lo abrazé.

—Me conformo con galletas, amor—Tomó mi inexistente delgada cintura y me pegó a él, besó mi labios como si de eso dependiera su cena de hoy. El pequeño volvió a patear haciendome reír.

Andy se exaltó y se incó— ¿podrías dejarme besar a mamá sin que me golpeés? Yo también soy de ella—me reí por lo bajo, Andy levantó mi blusa  y comenzó a llenar de besos mi barriga—No te creas amor, has lo que quieras, papi te ama—dió un par de besos más y se lavantó para besar sorpresibamente mis labios.

Salimos de casa y fuimos al super a comprar galletas.

Enamorados Por Accidente♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora