Los días eran extraños, pues Andrew no asistía a clases, caminaba por los pasillos y todos me veían como si fuese alguna clase de monstruo, escuchaba que susurraban, pero no sabía de que se trataba.
Algunos profesores acudieron a mí para buscar informes sobre Andy, si de casualidad había enfermado o salido de viaje. Pero no soy su portavoz, soy la que no sabe de él ni en lo más mínimo.
Marqué unas cuantas veces a su móvil, pero no me contestaba, estaba empezando a preocuparme.
Pasaron tres semanas, donde no supe nada sobre Andrew, Jinxx era feliz al no tener que ver su rostro en la institución, Ashley pasó de ser un cualquiera, a un grado de importancia, pues ya estaba en la lista de populares.
Mis días eran un desastre, llenos de estrés, culpabilidad y melancolía, pues el viento se llevaba la noticia de que Andy se había suicidado. No creía eso, pero los echos lo marcaban en una probable acertación, no contestaba el móvil, parecía no estar en casa, no asistía a clases. No había señales de él por ninguna parte.
El tiempo siguió corriendo, ya eran 2 meses desde la desaparición de Andy, todo había vuelto a la normalidad en mi vida, bueno, no todo, mi panza crecía, ya tenía tres meses y ya había asistido a un eco con Ashley, según los estudios, es un niño, justo lo que yo quería.
Cuándo papá recibió la noticia de que era un niño, literalmente se puso a brincar por toda la casa, estaba emocionado, Jake lo tomó tranquilamente.
Jinxx y yo ya no salíamos tan seguido, su novia Sammi lo tenía por los cielos, claro, refieriendome a lo enamorado.
Yo me había olvidado por completo de Andy, ya lo había tomado como un caso omiso, todo transcurría como si nunca lo hubiese conocido.
En el caso de Oliver y CC, sus fieles amigos, cada día eran más extraños, pero sin duda alguna, seguían siendo de los vulgares y rudos de Oxford, era extraño pues le hacían la vida imposible a alumnos más grandes que ellos, parecían los típicos chicos de secundaria que no planeaban un futuro propenso.
Volviendo a temas normales, Ashley y yo platicabamos en Star Garden, dentro de una cafetería que se encontraba dentro del parque.
Un lugar familiar, muy acogedor y servicial.
—Y bien, ¿ya has pensado el nombre del niño?—preguntó mientras agitaba el vaso templado.
—No, podría llamarse Benjamin ó Nolan, me gustan esos nombres—Ashley me miró con horror, algo que me hizo reír.—Ok, no será ninguno de esos—volví a reir.
—Ponle Ashley—ahogué una carcajada—Digo ¿no?—Seguía aguantándome las ganas de reír, de plano ese es un nombre que hay que omitir.
—No le pondré nombre de chica, sufrirá bullying cuando esté en la escuela—Ash me fulminó con la mirada mientras yo reía.
—No es divertido, es un nombre sexy—me guiño el ojo y solté una pequeña risita. Tomé un sorbo de mi bebida, el atardecer es muy hermoso desde que aquí.
Un extraño, exquisito y conocido olor, llamó mi atención, se trataba de una colónia, aquella que me volvía loca. Una que Ashley no usaba, no recordaba de quien o quién usaba esa exquisita colónia.
El olor se fue y decidí darlo por alto. Ash y yo reíamos de cualquier cosa, me encantaba ver su sonrisa, por más extraño y patético que fuera, recordé a Andy.
¡Si! Esa colonia es la que utiliza Andy. Levanté mi vista en busca de él, me sentía emocionada de saber que estaba por ahí. Seguí buscando pero nada. Ash estaba confundido por mi repentino comportamiento.
Seguí buscando, a tal grado de levantarme de mi asiento e ir a buscarlo, quería ver solo una señal de él, pero nada. Volví a mi asiento, Ashley preguntó a que a quién buscaba, estaba por responderle, cuando ese delicioso olor volvió a invadirme. Volteé para todos lados en busca de él, pero no había ningun rastro de Andy.
Me dí por vencida y después de un rato decidí ignorarlo.
