Capítulo 64

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«Narra Andy»

Me desperté al escuchar la puerta cerrarse con fuerza, me senté al borde del colchón y miré al reloj, daban las 12 del medio día. Me levanté a darme un baño, tenía la boca seca y me dolía la cabeza.

Terminé de bañarme y envolví una toalla en mi cadera, me lavé los dientes y acomodé mi cabello. Salí del baño, tomé ropa del armario, me vestí y bajé.

_______ estaba lavándo trastes, me acerqué a ella e intenté abrazarla, pero a ella parecía no importarle.

—No me toques—advirtió golpeando mi mano, la retiré rápidamente y me confundí. A ella le gusta que la abraze ¿qué pasa?

—¿Por qué no?—le pregunté pegando mi pecho a su espalda.

—Andrew, quitate—me dió un empujón quitandome de encima.

—¡Oye! ¿Qué te pasa?—me quejé volviendo a mi lugar, junto a ella.

—Más bien, qué te pasa a ti. ¿Por qué tomaste ayer?— me amenazó apuntandome con su índice.

—Estaba con mis amigos—me encogí de hombros. Como si esa fuerna una buena excusa.

—Andy, bebiste demaciado y para que te quede claro, a mí no me callas, ¿de acuerdo?— Estaba sumamente furiosa, hasta podría decir que sus ojos eran pistolas y estos me disparaban.

Asentí— oye ¿cómo que callar?—pregunté siguiendola, caminabos al living.

—Anoche me callaste, ¿recuerdas?—elevó una ceja mientras apretaba su boca.

—¿Yo? Amor yo estaba ebrio-me defendí.

—¿A si? ¿Y cómo es que te acordaste del camino a casa y eso no?—preguntó mientras subía los escalones.

—No sé... por favor perdoname si te lastimé—me miró un instante y siguió subiendo.

—Lo pensaré—dijo estando en el segundo piso.

El silencio se hizo presente, no quería seguirla, me odiará más si no le doy su espacio. Tapé mi rostro con mis manos y de un momento a otro se escuchó la puerta de nuestra habitación golpear fuertemente.

—¡ANDREW DENNIS BIERSACK! ¡SUBE AHORA!—Gritó con enojo, demaciado enojo para ser verdad. Tragué en seco e intenté subir tratando de verme relajado, pero la duda me comía vivo.

Entré a la habitación despacio queriendo esconderme o algo así, pero ¿por qué?, si no hice nada malo ayer, más que tomar.

—¿Dime?—entré y traté de verme sereno.

—¿Qué significa esto?—levantó la camisa que traía puesta ayer y señaló unas manchas rojas cerca del cuello de la camisa y junto a los botónes de ésta.

—No sé que es eso—dije sereno. Si, en realidad no sabía qué era eso.

—Andrew, son manchas de lapíz labial ¿me estás engañando?—mordí mi labio y noté como sus ojos se tornaban duros, crueles, nada amistosos, debastadores, negros en su totalidad.

—No amor, jamás te engañaría, contigo tengo todo, no necesito de otra mujer—traté de tranquilizarla pero no lo conseguía, me miraba fijamente.

—¿Entonces por qué tiene labial tu camisa? A ver, acercate—obedecí en segundos y con sus manos levantó mi cabeza.—¿Me estás engañando?—repitió. Negué con la cabeza—¿Entonces por qué hay marcas de dientes en tu cuello? Bastantes—tragué saliva y recordé a la chica que me coqueteó y besuqueó en el bar ¿y ahora cómo apago el incendio?

—_______ escúchame, por favor.—se acercó a mí amenazadoramente, estaba por estámparme su mano en mi mejilla pero la detuve—Amor, escuchame.

—No Andrew, eso me lo dijo todo.. ¡Me largo de aquí!—dijo con enojo pero las lágrimas no tardaron en delatarla. La tomé del brazo y la jalé hacia mí. Rápido se negó y me obligó a cargarla hasta la cama, la dejé sentada al borde del colchón. Me inqué en el suelo y abrazé su cadera evitando que se levantara.

—No es necesario que te vallas, amor, escuchame tantito. Te contaré la verdad, si quieres hasta te digo detalles, pero por favor escuchame—pedí mirando fijamente sus ojos, ella aún lloraba. Con mis pulgares quité algunas lágrimas que caían por sus mejillas.

Comenzé a contarle todo con respecto a CC y Oliver, ellos tienen razón, me alejé de ellos todo por estar con _______. Yo una vez dije que ninguna mujer, por más buena que sea, nos iba a separar. Pero vuelvo a lo mismo, les fallé.

Desde que me interezé en ______ eh dejado a un lado las fiestas, las chicas plásticas, el alcóhol, eh dejado de asistir a nuestras reuniones, ya no hablo con ellos por teléfono, ya no salgo a la calle con ellos. Nada, todo lo dejé por _______.

Le conté lo que ocurrió en el bar y todas mis reacciones, el enojo en sus ojos me hacía recordar todo, hasta lo que dijo CC antes de que yo saliera del bar.

Le conté lo de la chica y todo lo que me hizo, le conté sobre lo de mi nombre y debo admitir que la hice reír con eso, parecía tranquilizarse conforme le relataba.

Al final de mi relato le robé un beso, un beso que la hizo suspirar.

—¿Me perdonas?—hice puchero y ella sonrió, puso su mano en mi cara y mordí la pálma de su mano.

—¡Auch! Deja de hacer eso— se quejó quitándo su mano rápidamente, pegó su frente a la mía y acarició mi naríz con la suya.—Entonces ¿no me engañas? —preguntó rompiendo el corto silencio.

—Para nada—cerré mis ojos mientras ella acariciaba mi naríz suavemente con la suya.

—Dime que me quieres—rió por lo bajo. El roce de sus labios con los míos hizo que me derritiera en un charco.

—¿Y si te digo que te amo?—acaricié su pansita hasta su espalda. Abrí mis ojos y la miré.

—Ay Andrew—dijo tierna y se acercó a mí para besarme.

Ahora sé con quién me estoy metiendo y realmente no quiero volver a prenderle fuego a la leña, así que creo que hablaré con los chicos y les diré lo que ocurrió, pero será en otro momento, ahorita quiero abrazarla y besarla como ayer no lo hice.

Enamorados Por Accidente♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora