Después del largo beso, Andy se preparó para ir a trabajar, dice que es muy difícil mantener todo en orden, pues a cada rato le llegan más notas, reportes, entrevistas, etc.
—Amor, ¿me acomodas la corbata?—pidió Andy con una sonrisa penosa. Sé que sabe ponerse la corbata pero le gusta que yo lo haga.
—A ver—me acerqué y empezé a anudarla—Amo como te ves con traje—dije acomodando la corbata. Pasé mis manos por su pecho y noté como se estremecía ante eso.
—Amo cuando me acaricias así—apoyó sus brazos en mis hombros y pegó su frente a la mía—______ te amo—susurró cerca de mi boca.
—¿Por qué siempre me lo recuerdas?—miré sus ojos celestes.
—Porque por olvidar pequeños detalles como ese se pierde la relación y creéme que no quiero que eso pasoe. Te amo ______—Awwww *w* sigo encantada con este chico. Me alejó de mi pensamiento y me besó.
Sus labios me decían que era verdad, él no miente cuando dice que me ama. Digánme qué pasó con nosotros, hace 60 capítulos nos odiabamos a muerte y hace 50 comenzó todo esto... ¡Woah! Sigo sin entender qué hizo para enamorarme así.
Andy se despidió de mí y de Nicholas y fue rumbo a la empresa.
Como siempre me quedo sola, bueno, no sola porque tengo a Nicholas conmigo, pero sin contarlo me siento sola, la casa está vacia, sin mucho que recorrer, paredes que guardan ruidos y los dejan salir cuando no hay nadie. La mayoría de veces siempre se escucha por la casa las veces en que Andy y yo discutimos, pero la que más resuena en la casa, es aquella vez en la que casi fusilo a Andrew por llegar tarde y oliendo a alcóhol, ¿lo recuerdan? Pff ¿cómo olvidarlo? Es la que más me ha dolido y espero que con el tiempo la logre olvidar.
Me senté en el sofá, ya hace tiempo en que no revisaba mis redes sociales y me puse a hacerlo.
Pasaron alrededor de dos horas cuando terminé de responder solicitudes, menciones, revisé algunas cosas, platiqué con amigos de la universidad y todos gustosos de ver a Nicholas.
Varias amigas quedaron que en cuanto naciera Nicholas, les avisara para reunirnos, Karla está emocionadísima por tenerlo entre sus brazos, Nallely, Brenda y Fernanda quieren ponerle cientos de trajes... dios, estas mujeres están emocionadísimas por la llegada de mi bebé.
Dejé mi móvil en la mesita y me quedé pensando algunas cosas y detalles sobre lo que habíamos quedado las chicas y yo.
El timbre sonó y con toda el alma deseé que no fuese Juliet, porque la gopearía hasta que el piso estubiese manchado... bueno, no tanto, pero si la golpearía. Me levanté con difícultad y abrí.
—Ja...Jake—susurré arrastrando mi mirada por todo su cuerpo, vestía de traje.
—_______—dijo con odio. Si tanto me "odia", ¿qué hace aquí?
—Pasa—lo invité y entró a la casa. Cerré la puerta y lo seguí, iba directo a la terraza.—¿Qué haces aquí?—pregunté cuando se detuvo.
—Que lindo está el día ¿no crees?—sacó un cigarrillo y lo puso en su boca, seguido lo encendió. Se dió la vuelta dándome la espalda.
Fruncí el entrecejo, ¿qué trama éste?—¿Jake?—caminé hacia él de una manera lenta.
—¡Qué lindo día!—exclamó y me asusté, pues momentos antes el silencio era nuestra compañía. Siguió ignorándome.
Quedé callada y bajé la mirada, comenzé a frotar mi brazo, estaba nerviosa con Jacob enfrente ignorándome. Un ruido detrás mío me espantó y volteé a ver qué era, me quedé inspeccionando por si había algo pero nada.
Al voltear, me encontré a Jake a centimetros de mí con la mirada negra, sentí como su mano tomaba mi cuello y tiraba de el hacia arriba ejerciendo cada vez más fuerza en su agarre. Su otra mano también se unió y entre ambas apretaban mi cuello, mis manos golpeaban sus brazos para que me soltase, pero ejercía más fuerza.
—Jake suéltame por favor—pedí con la voz hecha trizas, mis lágrimas no tardaron en salir y unirse a la lucha por mi vida y por la de Nicholas. Pero el necio de Jake seguía apretándome con fuerza, comenzé a toser cuando apretó el centro de mi garganta. No podía más, quería correr pero no sentía vida en mis piernas ¡No respondían! Jake no respondía, lo miré y noté unas cuantas lágrimas saliendo de sus ojos hechos fiera. Me doliá y sé que a él más ¡Me estaba matándo! Y sin importarle mis suplicas seguía apretándo mi cuello haciendome sufrir..
Comenzé a sentir que todo el oxígeno que tenía en mi cuerpo, se concentraba en mi cabeza y con cada apretón me sentía perdida, ya estaba aturdida, mi cuerpo no daba señales, mis ojos comenzaron a pesarme, seguí así hasta no ver nada en ese momento sentí que caí y no supe de mí, ni de nadie... de nada.
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Jake D':
