No dormí toda la maldita noche por pensar en ¿qué sera en la mañana? Ashley dormía y parecía un ángel. Pero no se comparaba con ver a Andy durmiendo en mi cama.
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Despertamos a un tiempo Ashley y yo, apenas si pude dormir dos horas. El sonido de la alarma nos despertó de volada, ambos nos miramos y sonreímos.
Hoy será un buen día.
—Buenos días amor—dijo Ash después de besar cortamente mis labios.
—Buenos días Ash—sonreí y acaricié su suave mejilla.
Ambos nos levantamos y nos vestimos. Me pusé unos jeans negron un poco desgastados, una blusa de Falling In Reverse negra y mis botas de agujeta.
Ashley traía unos jeans negros, igualmente desgastados, una camisa de tiras negra, su chaqueta de cuero, negra y sus botas vaqueras del mismo color. Aumentó su sensualidad con unos lentes RayVan de gota verde.
Tomamos nuestras cosas y bajamos, desayunamos algo ligero, yo tomé una manzana y Ash unas cuantas uvas.
Subimos a una Harley Davison, color negro con gris mate y unas cuantas calcamonias a su alrededor. Ashley la consiguió gracias a su trabajo,ahorró lo suficiénte para comprarla. Nos pusimos el casco, abrazé la cintura de Ash y arrancó.
Ash ama la velocidad y más cuando se trata de estar sobre una Harley.
En cuestión de 5 minutos ya estabamos en Oxford. Bajamos en el aparcamento dentro de la institución. Nos despedimos con un cálido beso y cada quien se dirigió a su aula.
Llegué y Andy jugaba con un... ¿muñeco de Batman? ¡Si! ¡Está jugándo con un muñeco de Batman! Sonreí burlona y me acerqué a él.
—¿Un muñeco? ¿Es encerio? ¡Tienes 20 años!—tomé asiento junto a él, el cual, sonrió al verme.
—¡Déjame! ¡Es Batman! —Hizo puchero y reí por sus palabras.
—¿Dónde conseguiste eso? ¿te lo trajeron los santos reyes?—me burlé viendo como se enojaba por mi culpa.
—¡Lo compré en el camino! ¡Mirálo! ¿Acaso no es lindo? ¿Ah? —me restregó su muñeco en la cara y reí, provocandole, también, que riera.
—¡Andy ya! —seguíamos riendo como niños pequeños mientras me restregaba su muñeco.
—Ok, ok—dejó el muñeco sobre la mesa y me abrazó—No dormiste otra vez ¿verdad?—Se acercó más a mí y con su mano comenzó a acariciar mi frente, dando pequeños masajes.
—No—cerré mis ojos disfrutando del masaje.
—¿Por qué?—pasó su brazo sobre mis hombros e hizo que me recargara en él.
—No lo sé—En verdad si lo sabía. De tan solo pensarlo, sentía como mi corazón se apachurraba. Pero no me quedaría con las ganas de destrozárle el maldito corazón.
—Bueno—besó cortamente mis labios— trata de dormir lo mejor que puedas ¿ok?— volvió a besarme, pero ahora por unos 15 segundos.
—Trataré— respondí después del beso. Por suerte la profesora entró y salvó mi vida.
No le dirigí la mirada a Andy duránte la clase, me sentía mal pero a la vez satisfecha.
No quería llegar a amarlo y ahora lo estoy pagándo. Aún que ya no siento lo que antes... siento más que eso, me arrepiento mil y un veces de haberme enamorado de él.
¿Qué pasó con todo el odio que nos teníamos desde la infáncia? ¿Qué pasó con el chico que siempre se burlaba de mí? ¿Qué pasó con eso? ¿Es cierto que el odio se convierte en amor?...
La clase terminó, tomé mis cosas y con lágrimas en los ojos me dirigí a la salida, Andy estaba sentado en el suelo jugando con su muñeco de una manera tan infántil pero a la vez tierno. Sonreí y por último salí del aula.
"No te vallas... quédate con él, él te ama... no lo dejes jamás" Mi maldita conciencia me reclamaba a cada paso que daba lejos de él.
Llegué con Ashley y le dije que el plan se realizaría hasta la salida. Sin pedirme explicaciones, aceptó.
