Estaba en shock, no dejába de pensar en como reaccionaría mi hermano. Por mi parte jamás sabrá... pero por la de Andy...
Andy se levantó después de pelear con la cobija y me miró cinico y desvergonzado, yo aún seguía en shock, mis lágrimas no tardaban en salir.
—¿Lo disfrutaste?— sonrió cínico y acarició mi mejilla. Sentí como mis lágrimas empezaron a recorrer mis mejillas, sabía que estaba en graves problemas.
—No me toques Biersack—salí corriendo del cuarto con mis zapatos en la mano. Pasé por el vestíbulo y Jinxx estaba acostado en un sillón junto con dos chicas. ¡Vaya! Está vez nos comportamos como locos.
—¡JINXX! —grité con desesperación. Encerio quería irme de ahí. Mi grito despertó a unos cuantos chicos que estaban en el suelo y los sillones, y a las chicas que estaban con Jinxx. —¡JINXX!—volví a gritar, está vez golpié un poco su pecho para que reaccionara.
—Ahhhhh, ¿qué?—frotó sus ojos con sus manos y se sentó haciendo a un lado los vasos que se encontraban encima de él.
—Vamos de aquí ¡ya!—lo tomé del antebrazo y lo jalé conmigo dirigiendome a la salida. Ambos parecíamos verdaderos alcóholicos.
—¿A donde vamos?—preguntó con la voz quebrantada y adormilada, sus ojos luchaban por acostumbrarse a la luz del Sol.
—A casa—seguimos caminando, ambos con resaca. Llegamos a mi casa que era el lugar más cerca. Entramos y Jinxx se tiró a dormir en el sillón, yo tomé una pastilla para el dolor y comí unas galletas.
Sin embargo, todo esto no me alejó de lo pasado con Andy, estoy más que frita —si es que menciona algo— mi cabeza imaginaba algunas maneras en las que pudiese mentirle a Jake si se llegara a enterar y otras mejores estructuradas para mi padre.
Subí a mi habitación y me recosté en mi fresca cama. Después de un rato, caí en el sueño. Realmente había disfrutado el sexo con Andy, pero no lo quise admitir ya que lo odio y es mi contrincante. Jamás me perdonaré por dos cosas: una por tomar hasta quedar ebria y dos por tener sexo con mi competencia en un antro.
